El hombre está empeñado en dejar su huella fuera de la Tierra y ha recurrido a unos cuantos fetiches para hacerlo.
Si pensamos en lo costoso de los viajes espaciales jamás imaginaríamos los insólitos objetos que han sido lanzados al espacio. En un afán de hacer historia, el hombre ha llenado su mochila estelar con la suya propia, encarnada en las cosas más extrañas.
Fósiles, bacterias, virus o mensajes de textos entran en la lista, donde además de la ciencia caben los afectos.
El vuelo más largo de los hermanos Wright
La tripulación del Apollo 11, en 1969, llevó objetivos invalorables a la Luna, entre ellos piezas de tela y un pequeño trozo de puntal de madera del primer avión de los hermanos Wright.
Se hizo para homenajear a los pioneros de la aviación, cuyo anhelo inspiró a quienes después querían llegar a las estrellas. Los restos están esparcidos en la superficie lunar.
Una flauta de nativos americanos en el espacio
John Herrington fue el primer nativo americano en viajar al espacio. Por ello, celebró la ocasión llevando una bandera y objetos de su pueblo Chickasaw; entre ellos una flauta tradicional. Herrington fue parte de la misión STS-113 del transbordador espacial Endeavour, que duró 13 días.
El sable de luz de Luke Skywalker
Es quizás el más genial de todos los objetos que el hombre llevó al espacio. La propia NASA envío el sable de luz de Luke Skywalker a la Estación Espacial Internacional, a bordo del Transbordador Espacial, cuando se celebró el 30 aniversario de Star Wars, en 2007.
Tierra del montículo del Yankee Stadium
En 2007, Garrett Reisman quería sentirse en casa en la Estación Espacial Internacional, por ello se llevó una muestra de tierra del montículo del lanzador del Yankee Stadium, así como una pancarta y una gorra del equipo de béisbol neoyorquino.
Este astronauta lanzó la bola inicial de un juego desde el espacio y repitió su experiencia en la Tierra, en su amado estadio.
El misterioso queso de Elon Musk
El primer vuelo de la nave Dragon 9 de SpaceX, el 8 de diciembre de 2010, llevó una carga misteriosa, sellada con la inscripción: Top Secret. Luego el propio Elon Musk confesó que envío al espacio una rueda de queso Le Brouère gigante. Pesaba 12 kilogramos y medía 43 centímetros de diámetro y estaba ubicado en la base de la cubierta.
Fuente: fayerwayer.com