Los maestros de Chicago y la alcaldía de la ciudad llegaron a un acuerdo laboral para poner fin a una huelga que mantuvo a los niños fuera de las aulas durante 11 días, anunciaron este jueves funcionarios.
Los maestros y estudiantes volverán a retomar las clases este mismo viernes. Tanto las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) como Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés) anunciaron que se había llegado a un acuerdo.
«Hemos llegado a un acuerdo con el alcalde y CPS para recuperar los cinco días de instrucción de los estudiantes», según un comunicado de la CTU. «Los estudiantes y educadores volverán a clases mañana».
La alcaldesa Lori Lightfoot confirmó que se había alcanzado un acuerdo y tuiteó: «Las clases de CPS se reanudarán mañana».
CTU representa a más de 25,000 maestros así como a personal de apoyo. Por separado, 7.500 miembros del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio Local 73 también estaban en huelga, pero habían llegado a un acuerdo el miércoles.
«Sentimos que hemos logrado muchas cosas», dijo el presidente de CTU Jessee Sharkey a los periodistas. «Hay algunas cosas que no logramos, pero no es un día para fotografías y vueltas de victoria».
Lightfoot invitó a Sharkey a hacer un anuncio conjunto, pero el presidente del sindicato se negó.
«Francamente, nuestros miembros todavía están en piquetes», dijo Sharkey.
«No necesitan verme sonreír con la alcaldesa cuando, de hecho, lo que necesitan es ver si tenemos un acuerdo tentativo, tenemos un acuerdo de regreso al trabajo», concluyó.
Los detalles del acuerdo tentativo entre las partes aún no se han difundido, pero los contornos generales incluyen un aumento de salario del 16% en cinco años para los maestros, un nuevo comité para investigar y hacer cumplir los tamaños de las aulas que superan los límites establecidos y financiación para que haya más trabajadores sociales y enfermeras en las escuelas más necesitadas de la ciudad.
«En las últimas dos semanas hemos obtenido beneficios significativos para los estudiantes que mejorarán las escuelas en los años venideros», dijo Sharkey, «el compromiso sobre a presencia de enfermeras y trabajadores sociales y sobre los recursos para ayudar a los estudiantes sin hogar son cosas que no se habrían logrado sin ella».
El líder sindical aseguró también que los maestros consideran que la negativa a recuperar los días escolares es «punitiva» por haber conseguido y argumentó que finalmente perjudicaría a los estudiantes, incluidos aquellos que este año deben hacer exámenes estandarizados y exámenes de admisión a la universidad.
La huelga empezada el pasado 17 de octubre dejó sin clases a más de 300.000 estudiantes, superando en duración la última que el sindicato protagonizó, cuando en 2012 los maestros se ausentaron del trabajo durante una semana. El sindicato la proclamó tras varios meses de negociaciones fallidas, según sostuvo.
El paro complicó la vida de algunos padres que debido a que los estudiantes no pudieron ir a clase tuvieron que contratar a niñeras o hacer otros arreglos. Pero otros han expresado su apoyo a las reivindicaciones de los maestros.
Aunque las clases fueron canceladas, los edificios escolares permanecieron abiertos para proporcionar a los estudiantes un lugar seguro para ir durante el día, según afirmó la alcaldesa. También se proporcionaron dietas.