Cuando David supo de los incendios que consumían miles de hectáreas en su querida Ensenada no lo pensó dos veces. Cerró su negocio dos horas antes, y llevó todo lo necesario para alimentar al cuerpo de bomberos o damnificados que lo requirieran.
David Bello fue deportado en 2015 luego de haber vivido 22 años en Los Ángeles, California. Entonces inició una nueva vida en Ensenada, ciudad que dice lo recibió con brazos abiertos y en la que pudo abrir su Birrieria Azteca.
«Tenía que hacer algo», comenta David en entrevista vía telefónica.
Junto a otros trabajadores de su negocio, se dirigieron al ejido El Porvenir en donde la semana pasada se registró uno de los incendios forestales más grandes en afectar este año a Baja California, mismo que obligó al cierre temporal de las carreteras entre Ensenada y Rosarito.
En el lugar prepararon cerca de 150 tacos para bomberos, soldados y voluntarios que sumaban esfuerzos para contener los incendios.
«Es una satisfacción que no puedo explicar», asegura. «El ver la alegría, esa felicidad es la mejor paga».
Este gesto no pasó desapercibido y rápidamente la noticia se hizo viral en México. Hubo quienes lo llamaron heroe sin capa.
David cuenta que creció en el seno de una familia humilde en Guerrero. Desde chico, sus padres le inculcaron que siempre ayudara al prójimo así fuera con lo mínimo. «Si tu tienes un pedazo de pan, un vaso de agua tú ofrécelo siempre, eso me decía mi familia».
Con este gesto quiere agradecer a la comunidad ensenadense que lo acogió cuando fue deportado de Estados Unidos. «Me siento obligado a devolverle a la ciudad poquito de lo mucho que me ha dado, entonces en cuanto supe que los bomberos tenían esta necesidad me fui a dejarles comida».
Fue un reconocimiento a su heroica labor.
«Si yo tengo la posibilidad de ayudar tengo que hacerlo, son bomberos que están arriesgando su vida», enfatiza.
En Ensenada lo conocen como el Papi de la Birria, pero en Los Ángeles en donde también tenía un puesto de comida mexicana, por mucho tiempo fue el Aztec Man debido a sus raíces mexicanas.
Pero antes de abrir dicho puesto ambulante, David cayó en malos pasos que lo hicieron vivir en la indigencia cuatro años y medio. Durante ese tiempo trabajó en lo que pudiera para poder apoyar a su esposa e hijos, desde recogiendo botes hasta como paletero en Santa Mónica.
David no puede contener el llanto al recordar los tiempos difíciles, en los que incluso llegó a buscar comida en la basura o de la que sobra en los supermercados.
Pero ahora, siente que la vida le ha dado una nueva oportunidad, se enfoca en su negocio y en ayudar a su comunidad con lo que puede.
Su Birrieria Azteca, ubicada en la zona de Valle Verde en Ensenada, lleva el nombre en memoria al que fue su apodo en Los Ángeles.
Dado que la ciudad se mantiene en alerta debido a las condiciones del clima, se dice listo para apoyar nuevamente en caso de ser necesario. «Yo estoy dispuesto, esperemos que no suceda nada, pero en cuanto se ocupe aquí estamos».
Fuente: sandiegotribune.com