El gobierno de Trump podría comenzar a enviar a Guatemala a los migrantes que solicitan asilo esta semana como parte del acuerdo alcanzado en julio con el país centroamericano.
Tres fuentes anónimas señalaron que la Administración planea realizar el envío poco después de la implementación del acuerdo, que ya se encuentra en su fase final, ha reportado The Washington Post.
Esta alianza le daría al Departamento de Seguridad Nacional la potestad de enviar de regreso a Guatemala a los solicitantes que no buscaron protección en esa nación, que se convirtió en un tercer país seguro.
Es decir, los migrantes que lleguen a suelo estadounidense habrán sacrificado mucho y arriesgado sus vidas solo para tener que regresar a Centroamérica.
Los primeros enviados serán probablemente los adultos solteros en lugar de las familias, señalaron dos funcionarios.
Trump ha prometido cerca de 47 millones de dólares para crear una red de asilo en Guatemala con la ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados.
Sin embargo, muchos críticos aseguran que no es realista esperar que los gobiernos de la región puedan brindarles seguridad a los migrantes cuando ellos mismos están luchando contra la criminalidad y la pobreza.
En Guatemala, por ejemplo, cuando se conoció el acuerdo, el Tribunal Supremo dictaminó que este no podía aprobarse sin el consenso del Congreso. Una decisión posterior dejó abierta la puerta para que el presidente, Jimmy Morales, pudiera ponerlo en marcha.
Cuando Morales deje la presidencia, en enero, su sucesor, Alejandro Giammattei, tendrá que hacerse cargo a pesar de que criticó el acuerdo. Los funcionarios de la Administración Trumo dijeron nuevamente este mes que si no cooperaba se le reduciría la asistencia brindada por Estados Unidos.
Acuerdos similares se establecieron con El Salvador y Honduras, aunque hasta el momento no se ha concretado cómo funcionarán. Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional que renunciará este jueves, señaló que estas alianzas se implementarían gradualmente para no abarrotar a los países centroamericanos.
En el año fiscal 2019, que terminó el 30 de septiembre, las autoridades estadounidenses detuvieron a casi un millón de migrantes en la frontera. Esta es la mayor cifra registrada desde el 2007.
Aunque en mayo de este año el número de cruces ilegales disminuyó en más de un 80% por la presión de Trump sobre el gobierno mexicano, al que amenazó con la imposición de aranceles si no lo ayudaba a frenar el paso de los migrantes por el país.
El presidente ha calificado a sus políticas migratorias y reglas de asilo como un “hermoso rompecabezas” con el que busca disuadir a los migrantes que pretenden llegar a Estados Unidos para solicitar asilo.
Entre sus políticas se encuentra el programa conocido como ‘Protocolos de Protección de Migrantes’, con el que obliga a los solicitantes a esperar en México mientras sus casos se resuelven en cortes improvisadas bajo carpas en donde un juez atiende al audiencia a través de una videoconferencia.
Fuente: telemundo.com