¿Cuántas veces hemos estado buscando el teléfono desesperadamente mientras hablamos con una persona por ese mismo teléfono? ¿O en cuántas ocasiones olvidamos qué íbamos a buscar al refrigerador y nos quedamos en pausa tratando de entender cómo llegamos allí?
El estrés puede ocasionar esta especie de vacío temporal en la memoria. A ello se suman dolores de cabeza, contracciones musculares, problemas para concentrarse, dificultades para dormir y desajustes anímicos.
Pero no vamos a engañarnos, eliminar el estrés es una empresa difícil; sin embargo, asumir que es parte del día a día y aprender a canalizar los factores que lo provocan es la mejor forma de evitar futuros trastornos. Así opina la psicóloga Madeline Castillo, que integra el grupo de profesionales del centro Shelton Medical Services, INC.
Castillo señaló que, según los casos que suelen atender, la mayoría de las personas que llegan buscando ayuda son de la tercera edad. “Estamos condicionados para vivir en grupos sociales; el primer grupo es la familia. Pero cuando llegamos a la tercera edad, la mayoría de los abuelos viven solos, o los que viven con alguien prácticamente están solos porque los miembros más jóvenes de la familia tienen que estar trabajando. El aislamiento los hace sentir deprimidos”, explicó.
“Con la depresión hay que tener mucho cuidado, porque como decimos en psiquiatría: llena las salas de un hospital y las consultas de un psiquiatra. Es peligroso porque de ahí a un suicidio hay poco. Es algo que hace ir a la cama, perder todos los hábitos, perder las ganas de vestirse, de bañarse, de cocinar. Y de eso se trata este programa en la clínica: rehabilitación psicosocial”, comentó Castillo.
Justamente esta rehabilitación se basa en “trabajar temas que los ayuden a reinsertarse en la sociedad, a restaurar los procesos cognitivos de memoria, pensamiento, atención, que con los años se va deteriorando”.
El estrés y la depresión no distinguen edad, raza ni sexo, y los jóvenes también pueden verse afectados. «Hay personas jóvenes que a causa del estrés y de cómo manejan las cargas laborales tienen que recibir ayuda en este centro», contó la especialista.
Según una investigación de The American Institute of Stress, «el estrés crónico es una epidemia nacional para todos los géneros y edades, particularmente aquellos que tienen entre 25 y 35 años». Además, «las causas y soluciones al estrés crónico son una mezcla compleja de factores socioeconómicos, ambientales, genéticos, físicos y espirituales».
«Aunque existen diferentes tipos de estrés», y algunos incluso son positivos, como añade este instituto, “el tipo al que debemos prestar atención es al estrés crónico. Este es el estrés que dificulta dormir bien, hace que sea casi imposible perder peso y nos hace luchar contra un resfriado tras otro”.
Algunas de las causas comunes del estrés a corto plazo son: la necesidad de hacer muchas cosas en poco tiempo; pequeños problemas que se acumulan en el día, como llegar tarde a un lugar o enfrentar un atasco en el tráfico; perderse; tener una pelea; entre otras.
Entre las causas que llevan al estrés a largo plazo están, por ejemplo: los problemas en el trabajo; dificultades financieras; cuidar a un enfermo, tener una enfermedad crónica; y la muerte de un ser querido.
«Por eso a veces lo mejor que hacemos cuando tenemos un problema es hablar con alguien de confianza, y luego, si siguen los problemas, buscar ayuda profesional”, afirmó Castillo. «Aquí los ayudamos a que traten de organizar el tiempo, a manejar los horarios, trazarse metas a corto plazo, objetivos que se puedan cumplir, para que no llegue la frustración, que lleva a la depresión y el estrés. El estrés es algo acumulativo”.
Y para evitar que se acumulen las preocupaciones y los pensamientos que no hacen más que bloquear nuestros planes, es recomendable emplear un tiempo para hacer algo que nos brinde satisfacción.
“Hay que permitirse hacer actividades que nos gusten, buscar el espacio para hacer cosas que ayuden a liberar el estrés, antes de llegar a un punto en el que es necesario usar este tipo de programas”, aseveró la especialista. “Es mejor prevenir. Caminar al menos 20 minutos diarios, descansar en el trabajo. Muchas veces no tomamos agua por no levantarnos e ir al baño. Si tan importante es producir, también es importante cuidarnos para poder hacerlo por más tiempo”.
A tono con estos consejos, y según organizaciones como American Psychological Association, Centers for Disease Control and Prevention y WebMD, podríamos tener en cuenta algunos tips para lidiar con el estrés.
1. Ante todo, identificar las causas que nos provocan estrés y tomar medidas para evitarlas o atenuarlas.
2. Hacer ejercicios regularmente y tener una dieta saludable.
3. Apoyarnos en un círculo familiar o de amigos con quienes podamos conversar sobre nuestros problemas.
4. Evitar adicciones nocivas como el alcohol, el cigarro y las drogas.
5. 10 minutos pueden ser la solución. Es importante dedicarnos a actividades que nos den placer, como hacer deporte, leer, hacer manualidades, caminar en un parque, escuchar música, pasar tiempo con las mascotas, meditar, entre otras.
6. Tener un plan de acciones. Organizar las prioridades y los deberes en un calendario o agenda ayudan a que podamos cumplir con las tareas en vez de abrumarnos con todas las cosas por hacer.
7. Esperar 10 minutos antes de responder o tomar una acción. Respirar primero y pensar nos ayuda a no actuar abruptamente.
8. Descansar de las redes sociales y los equipos electrónicos. Si bien vivimos en una sociedad hiperconectada, esto nos produce ansiedad y estrés, por eso es recomendable hacer pequeños “apagones digitales” durante el día, o evitar el impulso de revisar constantemente las redes.
9. Dividir grandes problemas o tareas en pasos, de modo que trabajemos por partes para lograr el todo.
10. Dormir suficiente para que mente y cuerpo tengan el tiempo necesario para recuperarse.
Fuente:Diario las Américas