Ocurrió en el Reino Unido. Una mujer encontró a su hijo de trece años muerto dentro de su habitación tras haber inhalado grandes cantidades de desodorante en aerosol.
El menor ha sido identificado por las autoridades locales como Jack Waple, y según el testimonio de su madre, Susan, había notado que las latas ambientadoras que había en su casa últimamente paraban más livianas de lo habitual e incluso vacías.
Los familiares contaron a los medios locales que el menor era consciente de su ‘’adicción’’ y no presentó ninguna conducta suicida que lo vinculara al trágico suceso que sorprendió a los habitantes de Norfolk, en Norwich.
Yvonne Blake, una forense de la localidad, aseguró que el joven le dijo a su madre que nada iba mal y que rociaba el desodorante en los momentos que se sentía ansioso porque le recordaban a ella.
Los progenitores de Jack empezaron a preocuparse por la curiosa fijación de su pequeño.
Instantes de terror vivió Susan cuando descubrió al joven sin vida en su cama al lado de un envase de aerosol.
«Creo que es más probable que haya usado el aerosol y haya muerto inesperadamente», enfatizó la perito, quien detalló que las pruebas descartaban que el adolescente haya querido lastimarse a propósito.
Los médicos que evaluaron el cadáver de Jack llegaron a la conclusión que falleció a causa de un paro cardíaco.
Fuente: La República