Rusia tomó medidas para llenar el vacío que Estados Unidos dejó en el norte de Siria el martes, desplegando a sus soldados para mantener separadas a las fuerzas del gobierno sirio y a las de Turquía. Al mismo tiempo, las tensiones aumentaron en la OTAN debido a que Ankara desafió una creciente condena de sus aliados de Occidente por la invasión.
La ofensiva turca en el norte de Siria contra los combatientes kurdos, que comenzó hace siete días, ha provocado que decenas de miles de personas huyan de sus hogares, ha perturbado las alianzas y ha redibujado el mapa del norte de Siria una vez más en el transcurso de ocho años de guerra.
Rusia rápidamente tomó medidas para afianzar su papel como mediador luego de que el presidente Donald Trump ordenó el retiro de las fuerzas estadounidenses del noreste de Siria. Dicha medida dejó solos a los combatientes kurdos, que estaban aliados con los estadounidenses, y eso allanó el camino para la invasión turca que tiene como objetivo acabar con ellos.
Desesperados por un nuevo protector, los líderes kurdos llegaron a un acuerdo con el gobierno del presidente sirio Bashar Assad, quien goza del respaldo de Rusia y cuyas fuerzas empezaron el domingo a avanzar a zonas controladas por los kurdos para defenderlos de Turquía.
Las tropas sirias ondearon banderas luego de que ingresaron a Manbij, una localidad que es un punto de conflicto ubicada al oeste del río Éufrates que Turquía había intentado arrebatar del control kurdo. Un video grabado por periodistas rusos que están con las fuerzas militares mostró lo que parecía ser un puesto abandonado donde los soldados estadounidenses habían estado estacionados.
Un portavoz militar de Estados Unidos, el coronel Myles B. Caggins, confirmó que los soldados estadounidenses habían sido retirados de Manbij. Durante la retirada, se mantuvieron los contactos con los turcos y rusos para garantizar que varios cientos de elementos estadounidenses abandonaran la región a salvo, agregaron funcionarios del país norteamericano.
Los soldados estadounidenses han tenido puestos de avanzada en Manbij desde 2017, cuando trataron de evitar una batalla por la localidad entre las fuerzas turcas y los kurdos.
Ahora Rusia desempeña ese papel. En las afueras de Manbij, las tropas rusas vigilaban las líneas de combate entre las posiciones del ejército turco y sirio para mantenerlos alejados, comentó el Ministerio de Defensa de Rusia.
“Nadie está interesado” en un combate entre las tropas del gobierno sirio y las de Turquía, dijo Alexander Lavrentyev, el enviado de Moscú en Siria. Rusia “no va a permitirlo”, declaró a las agencias de noticias estatales rusas.
Kelly Craft, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, comentó a los reporteros en Washington que está “profundamente preocupada” de que los soldados rusos vigilen entre los dos lados.
El ministro de Defensa de Rusia Sergei Shoigu habló con su contraparte estadounidense Mark Esper para discutir “temas de interés mutuo en el contexto de la situación en Siria”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado, sin proporcionar más detalles.
A pesar de las movilizaciones de Siria y Rusia, Turquía insistió en que capturaría Manbij.
Al preguntársele en Sky News si el ejército de Turquía estaba dispuesto a luchar contra las fuerzas de Assad, el vicepresidente Fuat Oktay dijo: “Esperamos que no pase, pero estamos determinados a obtener el control de Manbij”.
Fuente: Diario las Américas