Valentino, con Pierpaolo Piccioli firme a su timón, presentaba este fin de semana en París sus propuestas para la próxima temporada Primavera-Verano 2020. Allí, la elegancia y el romanticismo en vestidos fluidos tan propios de Valentino han vuelto a imperar ahora con el blanco como protagonista y tonos neón que rompían con todo y aportaban cierta frescura.
A ello se sumaban también vestidos mínimos, camiseros y plisados; sandalias planas que llevaban casi todas las modelos dejando a un lado los tacones y abogando por la fusión de estilo y comodidad; accesorios que aportaban un toque de extravagancia, volúmenes descarados y detalles de plumas que gritan Valentino en cada look al que acompañan, poniendo un acento de delicadeza.
En definitiva una ecuación sobre la pasarela que volvió a hacer que Pierpaolo saliera por la puerta grande. Pero la cosa no acabó aquí, entre patrones y tendencias. Muchos de sus, de nuevo, ya proclamados éxitos del desfile tomaban sentido también gracias al maquillaje: dorado, que hacía de la mirada de la modelo el centro de atención.
Tras haber sorprendido en su Alta Costura con plumas a modo de pestañas, Piccioli vuelve a poner el objetivo en la mirada para dar un nuevo significado a sus estilismos. En este sentido, alejándose en todo caso de la discreción aunque no de la delicadeza, algunas como Kaia Gerber aparecían proponiendo la nueva sombra de ojos que va a llevarse en todas las fiestas: marcando el lacrimal con sombra dorada con brillo y después alargando la mirada dibujando un pico que simulaba un cateye al final del párpado superior.
Maquillaje que se ha intensificado hasta rasgar completamente la mirada, en un dorado más dramático. Al que se ha sumado también la importancia que Pierpaolo da ahora a las pestañas, esta vez metalizándolas al cubrirlas con glitter en este tono.
Pero lo mejor ha llegado con la pedrería. A las sombras de ojos, de carácter egipcio y en otros casos con reminiscencias del glam, se añadían apliques que aportaban un extra de brillo y que convertían las miradas de las maniquíes en una joya o accesorio más para cerrar el estilismo.
Dibujando el ojo y dejando un espacio interior como una sombra de ojos a la inversa, completando todo el párpado hasta las cejas, atravesando la mirada de punta a punta o haciéndolo de la manera más sutil posible, así se construye el maquillaje de Valentino. En definitiva, Pierpaolo Piccioli lo ha vuelto a hacer: no solo ha marcado tendencia con su aguja, sino que lo ha hecho también en el mundo beauty como acostumbra a hacer con cada desfile, sentando las bases de las nuevas tendencias en maquillaje. Próximo destino, Nochevieja.
Fuente : Elle