Calor infernal durante el maratón femenino en los Mundiales de Doha

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Un día antes de empezar estos Mundiales, la IAAF –ahora conocida como World Athletics– confirma que todo va a seguir su ritmo. En Doha se puede correr el maratón y se pueden disputar las pruebas de marcha, los 50 km y los 20 km.

La historia tiene sus riesgos, sus servidumbres, eso es evidente. La temperatura ronda los 30ºC de noche, y la humedad se va más allá del 50%: no llueve en Doha, pero tiene costa. Vive con vistas al mar. Se asoma a través de La Corniche, un amplio paseo marítimo, llano y bien asfaltado, desde cuya orilla se observa el skyline de la ciudad.

Allí, en La Corniche, corren las maratonianas. El parte meteorológico da cifras: 29,5ºC, sensación térmica de 32,7ºC, humedad del 73,3%.

Todos los presentes sudamos como pollos.

Los servicios médicos se llevan a Fadime Celik, fondista turca (Alexander Hassenstein / Getty)

Los médicos asienten, los fisiólogos toman sus precauciones, pero también asienten. La carrera, el maratón femenino, se disputa en la noche del viernes al sábado, a partir de las doce. Y las consecuencias son dramáticas. Las atletas se desploman sobre el asfalto.

Han tomado la salida 70 maratonianas, y entre ellas Marta Galimany. Tiene 33 años, vive en Valls y ha tragado kilómetros en múltiples escenarios, buscando la aclimatación perfecta. Sale conservadora y se dedica a recoger cadáveres. La estrategia funciona de forma razonable. Acaba la 16ª, en 2h47m45s. Aun así, termina desfallecida. Se la llevan en silla de ruedas.

Marta Galimany, en un instante de la prueba, en Doha (ALI HAIDER / EFE)

Otras no tienen tanta suerte. Caen una tras otra. La croata Bojana Bjeljac se desploma en el avituallamiento del kilómetro 16.

–¡Médico! –vocean los jueces, estratégicamente repartidos al pie del circuito, mientras Bjeljac se tumba bajo la mesa de bebidas.

Josu Gómez Ezeiza, fisiólogo de la IAAF, va loco. Corretea de aquí para allá, atendiendo a quien puede. Más allá se desploma Failuna Matanga, de Tanzania. Y ahora llega un carrito con otras cuatro corredoras. Todas se han retirado. Giovanna Epis, italiana, se viene abajo en el 38. Traen una camilla. Se la llevan entre llantos.

El circuito es un rosario de desgracias, mientras Sebastian Coe, presidente de World Athletics, se sienta junto a los organizadores y analiza qué debe hacerse en los próximos días. Solo terminan 40 participantes, poco más de la mitad de las que tomaron la salida, y entre ellas la ganadora, la estupenda Ruth Chepngetich. Para que se hagan una idea: este año había acreditado 2h17m08s.

En Doha, ha corrido en 2h32m43s.

Fuente: lavanguardia.com