Logan Radd, un chico de 13 años que participa en competiciones de surf, tuvo que recibir atención médica debido a que un tiburón le mordió dos veces mientras entrenaba en una playa de Satellite Beach (Florida, EE.UU.) el pasado 25 de septiembre
Al terminar su práctica, ese adolescente sintió en uno de sus talones las dos dentelladas del escualo, que mediría «unos dos pies de longitud», algo más de 60 centímetros. La madre de la víctima se encontraba en el lugar y vio una aleta del atacante antes de trasladar a su hijo a un hospital.
Radd recibió 19 puntos de sutura y, a pesar de su juventud, mantuvo la calma. Posteriormente, una radiografía descartó que hubiera sufrido daño en los ligamentos o que su cuerpo tuviera fragmentos dentales del depredador.
Este chico señala que había escuchado historias sobre sucesos similares y, aunque nunca pensó que le pudiera morder algo similar, es consciente de que «los tiburones están allá» y «todo forma parte del agua».
Ahora, se recupera satisfactoriamente de sus heridas y asegura que retomará el surf en cuanto le retiren los puntos.
En Estados Unidos se reportaron 32 casos similares en 2018. Por este motivo, los socorristas advierten a los amantes del surf que eviten entrar en el agua al amanecer o el anochecer, los periodos de mayor actividad de los tiburones.