El sexo debe ser, por definición, algo divertido, lúdico y exento de preocupaciones. El principal objetivo de la sexualidad es el placer y, por tanto, todo lo que suene a dificultad, problema u obstáculo no debería formar parte de la ecuación. Suena genial, ¿verdad?La cuestión es que esto no siempre es así.
Para conseguir tener una sexualidad placentera, libre y saludable a veces hay que sortear algunos obstáculos.
Lo cierto es que a disfrutar en la cama ¡es algo a lo que se aprende! Y por tanto es necesario explicitar algunas cosas para conseguir el tipo de sexo que queremos vivir. He aquí seis enemigos que pueden convertir algo placentero en todo lo contrario.
Las infecciones de transmisión sexual
Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son algo que debemos tener muy en cuenta si queremos disfrutar de una vida sexual saludable. Utilizar preservativos -tanto femenino como masculino-, barreras de látex para el sexo oral o minimizar las prácticas de riesgo son algunas de las medidas que podemos tomar para prevenir este tipo de patologías, cuya incidencia está aumentando según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad.
El desconocimiento del propio cuerpo
No conocer tus zonas erógenas, qué te excita o cómo reacciona tu cuerpo ante ciertas caricias puede dificultar mucho el sexo. La psicóloga y sexóloga Sonia García, en su libro Los enemigos del sexo (Letrame, 2019), es tajante al respecto: «el primer paso para disfrutar de la sexualidad es conocerse a una misma, y ya de entrada os digo que con saber que se tienen genitales entre las piernas no es suficiente».
Las molestias durante la penetración
En una cultura en la que la penetración vaginal es el eje en torno al que giran la mayor parte de las relaciones sexuales heterosexuales, esto puede ser un enorme condicionante a la hora de disfrutar del sexo, e incluso, a la hora de encontrar nuevas parejas sexuales.
Los embarazos no planificados
El uso del preservativo es la mejor forma de mantener relaciones sexuales seguras en este aspecto. Prácticas como «la marcha atrás» o el conteo de días fértiles no son estrategias muy seguras, pues los cuerpos no son máquinas y pueden darnos más de un susto.
Centrarse únicamente en el orgasmo
Cuando el llegar al orgasmo es el objetivo principal de un encuentro sexual… lo más probable es que llegue antes la frustración que el orgasmo. Entender que el orgasmo es una parte más de la sexualidad, ni la mejor ni la más importante, nos permitirá centrar nuestra atención en el placer, y no en objetivo que tenemos en la pareja.
No pedir lo que quieres en la cama
Cuando no expresamos lo que queremos en la cama -ya sea por vergüenza, por desconocimiento, o por centrarnos más en el placer de nuestra pareja- las probabilidades de disfrutar en el sexo caen en picado. Sonia García añade que es igualmente malo no decir «no»: «es importante rechazar y decir no a lo que sexualmente no nos apetece. Si la otra persona se siente ofendida o molesta tras la negación, habrá que dialogar sobre ello sin manipulaciones ni chantajes emocionales, utilizando la asertividad y la empatía»
En su libro, Sonia García desglosa hasta nueve enemigos más del sexo. La pobre autoestima, el estrés, la autoevaluación del desempeño sexual o los problemas de pareja son algunos de ellos.
No todos los enemigos del sexo afectan de la misma manera a todo el mundo, advierte la ciencia. Por ello, es fundamental pararse un momento a pensar qué es lo que te gusta en la cama, qué te está impidiendo disfrutar de las relaciones sexuales con plenitud y qué recursos tienes a tu alcance para lograr tus objetivos sexuales.
Fuente El Español