Ubicado entre Midtown Miami, el Design District y el distrito de las artes de Wynwood, los vecinos del otro Wynwood —un barrio residencial de clase obrera— piensan que no pasará mucho tiempo antes que la reurbanización se les encime a todo vapor.
Así que ya se están preparando.
En vez de esperar porque las fuerzas de llamado aburguesamiento ataquen, los vecinos y dueños de propiedades en el barrio de Wynwood se han organizado: formaron una asociación amplia, contrataron a un destacado planificador para ayudarlos a crear una guía para la rehabilitación, y planean cabildear a funcionarios públicos para implementar cambios de zonificación y otras reformas con el fin de asegurar que no los aplasten.
Para distinguirse del más popular y artístico Wynwood al sur, y reafirmar las raíces de puertorriqueños e inmigrantes hispanos, también le han dado un nuevo nombre: Wynwood Norte.
El nombre debutó este jueves por la noche, cuando la Asociación de Mejoramiento Comunitario de Wynwood, creada hace un año, presentó un plan integral para el vecindario, que está entre NW 29 y 3h Streets, desde la I-95 hasta Miami Avenue, en el corazón del casco histórico urbano de Miami.
La zona, que abarca aproximadamente 35 manzanas, incluye tres escuelas públicas y el Bakehouse Art Complex, que está planeando una importante ampliación, así como cientos de viviendas unifamiliares, dúplex y edificios pequeños de apartamentos. La zona fue durante muchos decenios hogar de puertorriqueños, y más tarde trabajadores cubanos y centroamericanos del distrito de confección de ropas en los almacenes y fábricas al sur de 29 Street —lo que hoy todos conocen como Wynwood— antes que ese sector decayera pronunciadamente en los años 1980.
Organizadores del inusual esfuerzo dicen que esperan que permita a esta comunidad de bajos ingresos de unas 4,200 personas, una de las más pobres de Miami, retener no solamente su ambiente de pequeña escala, sino también a sus vecinos, a pesar de que necesita desesperadamente nuevas inversiones, viviendas y familias en un vecindario abrumado desde hace años.
“He visto todos los cambios”, dijo Will Vásquez, miembro de la asociación y veterano del Ejército quien creció en Wynwood. Vásquez es dueño de varias propiedades de alquiler y pasa casi todos sus fines de semana en casa de su padre, de 90 años, en el vecindario. “Las cosas han cambiado para bien> Nuevas personas e inversionistas están llegando. Estoy muy entusiasmado”.
Pero, agregó Vásquez, él y otros antiguos vecinos de la zona no quieren grandes cambios, y eso es lo que los ha unido ahora.
“Me gustaría que el vecindario siguiera siendo residencial”, afirmó. “No quiero que se parezca al Midtown ni tenga edificios altos. Ya tenemos suficiente de eso. Quisiera que Wynwood Norte tenga su propia identidad. Queremos hacer de Wynwood Norte un lugar donde la gente venga a pasear, comer en un restaurante, que sea un lugar acogedor, donde se pueda caminar. Y esperamos alentar a la gente que a que arregle sus viviendas”.
LOS VECINOS LIDERAN EL CAMBIO
La iniciativa en Wynwood Norte se debió en parte a que los vecinos vieron otros vecindarios cercanos tratar de oponerse a cambios dramáticos solamente después que los alquileres se dispararon y empezó la fuga, o cuando ya se habían anunciado grandes proyectos. Al actuar ahora, esperan crear un modelo para los urbanizadores y evitar batallas divisivas como la librada sobre el enorme y controversial plan del Magic City Innovation District en el Pequeño Haití.
También fueron inspirados por propietarios en el distrito de las artes de Wynwood, quienes organizaron un distrito empresarial de mejoras y recibieron aprobación de la ciudad para aprobar nuevas reglas de zonificación que alentaban la construcción de apartamentos y tiendas, e impulsar mejoras en el entorno público, pero restringir la escala y envergadura de las nuevas construcciones para asegurar la compatibilidad con la estética del lugar.
Vecinos y propietarios de Wynwood Norte consiguieron el apoyo de un importante urbanizado que anunció planes para un proyecto significativo en el vecindario.En 2017, Westdale Real Estate Investment Management, con sede en Texas, compró una manzana de propiedades residenciales en su mayoría en mal estado y consiguieron la aprobación de zonificación para un plan para derrumbarlo todo y construir un complejo de viviendas y comercio minorista a pequeña escala dirigido a un abanico de ingresos, como viviendas para empleados como policías, bomberos y enfermeras.
Uno de los socios de Westdale es uno de los directores de la asociación de Wynwood Norte. La firma pagó el plan de desarrollo creado por Plusurbia Design, la firma de planeación de Miami que también se encargó del plan de zonificación del distrito de las artes de Wynwood, así como de plan maestro de reurbanización de La Pequeña Habana, impulsado por la comunidad.
Steve Wernick, abogado que ha representado a Westdale y participa en el esfuerzo de Wynwood Norte en calidad de asesor y voluntario, dijo que los intereses del urbanizador encajan con los del vecindario: asegurar una urbanización compatible que mejor el valor de su proyecto y sus probabilidades de éxito.
Pero subrayó que el impulso y la dirección vienen de la comunidad, incluidos líderes de organizaciones sin fines de lucro y agencias de servicios en el vecindario, como Cathy Leff, directora interina de Bakehouse, una de las líderes de la asociación.
De manera separada, pero en coordinación con la iniciativa de la asociación, el Bakehouse ha trabajado con el abogado Wernick en un plan estratégico para renovar su edificio histórico, una antigua panadería industrial estilo art deco que alberga los estudios de unos 60 artistas, y agrega vivienda asequible para artistas.
“Ningún otro vecindario está haciendo planes como estos“, dijo Wernick. “La comunidad dice que las cosas van a cambiar, así que tenemos que planear esos cambios. ¿Cómo podemos crecer de una forma apropiada que permita a la comunidad sobrevivir?
“Es una invitación a la ciudad, el condado y la junta escolar para que le echen un vistazo al vecindario, a que trabajen con la asociación para implementar la visión de la comunidad. Definitivamente, es un enfoque equilibrado”.
MEJORES DÍAS
Pero Wynwood Norte ha tenido mejores días.
Muchos puertorriqueños que trabajaban en las fábricas y talleres de ropa eran dueños de sus viviendas en el vecindario en sus mejores días, que se ganó el nombre del Pequeño San Juan. Pero casi todos los puertorriqueños se han marchado, reemplazados por cubanos, y más recientemente centroamericanos, aunque el sabor borincano sigue presente, en los nombres de los lugares e instituciones de la isla.
El parque municipal que incluye un diamante de béisbol, se llama Roberto Clemente, por el inmortal pelotero puertorriqueño de las Grandes Ligas. La iglesia católica local, San Juan Bautista, toma su nombre del santo patrón de Puerto Rico y su arquitectura es del período colonial en la isla. El mercado de alimentos El Jibarito, como dicen a los campesinos en Puerto Rico, todavía atrae público en la vía principal de la zona, la NW 2 Avenue. Y la escuela intermedia José de Diego lleva el nombre de un líder de la lucha por la independencia de España.
Pero la comunidad puertorriqueña donde se originaron todos esos nombres es ya cosa del pasado. A medida que la industria de la ropa declinó y desapareció, lo mismo sucedió con los trabajadores que vivían en el vecindario. Y entonces Wynwood quedó abrumado por la delincuencia, las pandillas y el tráfico de drogas. En 1988 hubo varios días de motines después que un policía encubierto mató a golpes a un vendedor de drogas del vecindario.
Hoy, buena parte de la población es temporal, dicen los planeadores. Más de 80% de los vecinos de Wynwood Norte alquilan la vivienda en que viven, dice el estudio de la asociación, aunque en este momento la tendencia es una población más joven. El vecindario está lleno de terrenos baldíos donde demolieron las casas; aproximadamente el 10% de Wynwood Norte está formado por lotes vacíos. Y buena parte de las viviendas que quedan están deterioradas, aunque algunas han sido renovadas en años recientes por nuevos propietarios que se mudan a la zona.
Los vecinos de Wynwood Norte están entre los más pobres de la ciudad. El ingreso familiar medio en el vecindario es $19,800, y el alquiler medio es $672, según autoridades municipales de Miami. Una cuarta parte de las viviendas están designadas oficialmente como asequibles, incluidas algunas unidades de vivienda pública, aunque no están en buenas condiciones, indica el estudio de Plusurbia.
En el caso de los negocios, enfrentan dificultades o están desapareciendo. Por ejemplo, Dracula Video, que estuvo muchos años en NW 2 Avenue, se mudó el año pasado después que compraron el edificio donde tenía su local, dijo Vásquez. Incluso en las escuelas públicas hay pocos alumnos. La escuela primaria Hartner y la Young Men’s Preparatory Academy funcionan a la mitad de su capacidad, dicen planificadores.
Aunque hay muchas viviendas de bajo costo, están en tan mal estado que el vecindario atrae a pocas nuevas familias, dijo Wernick. Eso significa que el barrio no puede sacar provecho a su estatus como una de las mayores zonas residenciales del casco urbano de Miami, agregó.
“Sigue siendo un lugar aletargado, pero no de una forma en que la gente esté contenta con esto”, afirmó. “Hay muchos caseros que no se ocupan de las propiedades Las familias que quieren vivir en el vecindario no tienen muchas opciones. Los profesionales que quieren vivir y trabajar en el caso urbano no tienen muchas opciones”.
Cortesía de El Nuevo Herald