Una serie de tragedias llevaron a Andy Puddicombe a dar un vuelco drástico en su vida.
Cuando tenía 22 años, Puddicombe estaba fuera de un bar de Londres con un grupo de amigos cuando un conductor ebrio los atropelló. Mató a dos de ellos.
Unos meses más tarde, su hermanastra murió en un accidente mientras montaba su bicicleta y luego una exnovia falleció durante la cirugía.
En ese momento, Puddicombe estaba estudiando una licenciatura en ciencias del deporte pero en medio del dolor decidió dejarlo todo, viajar al Himalaya y convertirse en monje budista.
Pasó los siguientes diez años como monje, viajando por Asia y meditando hasta 16 horas por día.
«Cambio de perspectiva»
Andy Puddicombe asegura que la meditación le ayudó a aceptar todo.
«Me dio un cambio de perspectiva. Me enseñó a centrarme menos en mí mismo y a brindar mayor felicidad a los demás«, dice este británico que ahora tiene 46 años.
Sin embargo, sus amigos y familiares estaban un poco preocupados.
«Ninguno de ellos realmente sabía qué hacer. Pero a pesar de todo, fueron increíblemente comprensivos y alentadores», añade.
En 2005, Puddicombe regresó a Reino Unido y estableció un negocio de meditación, pero en ese momento todavía no era una práctica muy valorada en su país de origen.
«Algunas personas se desilusionaron o lo vieron como algo ‘hippie'», dice. «Era bastante inaccesible. La gente no tenía tiempo para eso, ni sabía cómo hacerlo«.
De todos modos Puddicombe comenzó su emprendimiento como una pequeña práctica privada en Londres, enseñando a los profesionales con burnout y estrés laboral cómo usar la meditación para ayudarlos en su vida diaria.
En la actualidad, él y su socio Richard Pierson, de 38 años, administran la popular aplicación de meditación Headspace, que con más de 54 millones de descargas en todo el mundo cuenta con ingresos anuales que, dicen, superan los US$100 millones.
Revolución digital
Neil Seligman, autor de libros sobre meditación, dice que Headspace ha «liderado la revolución de la atención plena (mindfulness) en el espacio digital».
«La genialidad de Headspace fue tomar algo tan difícil como enseñar meditación de atención plena y dividirla en videos, audios y prácticas cortas fáciles de entender», agrega.
«Así es como transformaron la industria y penetraron en el mercado global», opina.
Pero Headspace no es solo una aplicación.
La compañía tiene más de 300 clientes grandes, como Google, LinkedIn, General Electric y Unilever, y allí ayudan a gerentes y al personal a meditar.
También trabaja con universidades de EE.UU., incluidas Harvard y Stanford, y el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, en estudios sobre los beneficios de la meditación para la salud.
Andy Puddicombe todavía medita todos los días, aunque menos de las 16 horas que salía hacer. Richard Pierson también se hace tiempo para eso.
«Ambos practicamos meditación todos los días», dice Pierson. «Realmente creemos en eso y es importante que el equipo y cualquier persona que descargue la aplicación lo sepa».