Al menos cinco personas permanecen en estado grave tras los enfrentamientos durante las protestas de la noche del pasado sábado entre algunos manifestantes violentos y la Policía en Hong Kong, informaron hoy fuentes de los servicios sanitarios citadas por la radiotelevisión local RTHK.
La fuente indicó que anoche hospitalizaron a 31 personas, de las cuales 18 habían sido dadas de alta a las 08.00 hora local de hoy (00.00 hora GMT), mientras que otras 8 continúan recibiendo tratamiento médico, aunque permanecen estables.
Una carga policial en la estación de Prince Edward dejó varios heridos, según RTHK, mientras que agentes de paisano realizaron varios disparos de advertencia al aire en Victoria Park.
La policía y los manifestantes se enfrentaron en varios puntos de la ciudad semiautónoma en un día en el que miles personas desafiaron la prohibición policial a manifestarse en el quinto aniversario de la decisión de las autoridades chinas de no permitir el sufragio universal y libre para elegir al jefe del Gobierno hongkonés, germen de la «Revolución de los Paraguas».
Los enfrentamientos comenzaron por la tarde, pero se prolongaron hasta bien entrada la noche, y primero se limitaron a Causeway Bay y Wan Chai, aunque después se extendieron por Tsim Sha Tsui y Mong Kok.
La policía recurrió una vez más al gas lacrimógeno y a los cañones de agua, mientras que los manifestantes lanzaron cócteles molotov y prendieron fuego a barricadas improvisadas.
Para el día de hoy, hay convocada una protesta para tratar de cortar el acceso al aeropuerto y un mitin frente al Consulado Británico en Hong Kong, en el que presionarán a Londres para que declare incumplida la Declaración Chino-Birtánica de 1984.
Tras recuperar la soberanía del territorio de manos británicas en 1997, y bajo la fórmula «Un país, dos sistemas», el Gobierno chino se comprometió a mantener la autonomía de Hong Kong y a respetar hasta 2047 una serie de libertades de las que no gozan los ciudadanos de la China continental.
Las protestas comenzaron el pasado mes de marzo como oposición a una polémica propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a «fugitivos» refugiados en la excolonia británica.
Las manifestaciones han movilizado desde junio a cientos de miles de personas y han dejado enfrentamientos entre algunos manifestantes violentos y la policía, a la que se ha acusado de abusar de su poder a la hora de disuadir las protestas.
Aunque a principios de julio las autoridades hongkonesas declararon «muerta» esa propuesta de ley, los manifestantes exigen que se retire oficialmente y han ampliado sus demandas con el objetivo de mejorar los mecanismo democráticos de la ciudad y, en definitiva, oponerse al autoritarismo chino.
Por su parte, Pekín asegura que detrás de las protestas existe una «mano negra» y señala a «algunas fuerzas de Estados Unidos» como responsables.