A pesar de ser un domingo como cualquier otro, las calles, iglesias y supermercados en la comunidad conocida como la Pequeña Habana estuvieron poco concurridos, ante la amenaza de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
”Tengo dos amigas y no salieron a trabajar porque tienen dos niñitos cada una y sus padres fueron deportados, ellas tienen miedo”, dijo una mujer que estaba llegando a la iglesia ‘San Juan Bosco’ ubicada en el oeste de la calle Flager.
La misa de la mañana no tuvo la presencia de feligreses que suele tener cada domingo. “Mire el parqueo que vacío está, porque la mayoría de lo que vienen a la iglesia San Juan Bosco, son los latinos”, aseguró una hispana quien llegaba a la eucaristía dominical.
El temor de los indocumentados se incrementó luego que el presidente confirmó que los operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ocurrirían el fin de semana.
“Comienzan el domingo y van a sacar a la gente y van a enviarla de vuelta, o van a sacar a los criminales y encarcelarlos, o los encarcelarán en los países de donde vienen”, aseguró Donald Trump en un encuentro con periodistas en las afueras de la Casa Blanca.
Otros vecinos que caminaban por las calles del suroeste de Miami dijeron que el domingo fue como cualquier otro en la Pequeña Habana, “todo está normal”, comentó otra mujer.
“No vi nada de movimiento”, aseguró otra vecina con respecto a lo que se esperaba que ICE pudiera realizar en ciertas zonas.
Organizaciones proinmigrantes estuvieron trabajando en las últimas horas en esta comunidad para enseñarles sus derechos y cómo actuar si son detenidos por autoridades de inmigración.
“Sé que hay mucha gente con temor, pero hay que seguir con la vida igual”, dijo un hombre.
A pesar que no hubo reportes de redadas, operativos, ni arrestados, las personas están a la expectativa de lo que pueda ocurrir en los próximos días.
Fuente: Univisión 23