“Dos pozos del oleoducto Este-Oeste han sido atacados por drones armados, lo que ha causado un fuego y pequeños daños al pozo número 8. El fuego ya se ha contenido”, ha explicado el ministro de Energía del mayor exportador de petróleo del mundo, Khalid al Falih, en un comunicado difundido por los medios estatales.
El oleoducto Este-Oeste transporta el crudo desde la Provincia Oriental hasta el puerto de Yanbu, en la costa del mar Rojo, desde donde se exporta a los clientes europeos. Aunque Saudi Aramco ha cerrado temporalmente esa conducción para evaluar su estado, el ministro ha asegurado que la producción de petróleo no se ha visto interrumpida.
“Se trata de un acto de terrorismo y sabotaje que se suma a los recientes ataques en el golfo Arábigo y que no solo tiene por objetivo el reino, sino también la seguridad del suministro mundial de petróleo y la economía global”, ha defendido Al Falih. “Estos ataques prueban una vez más la importancia de que hagamos frente a las entidades terroristas, incluidas las milicias Huthi de Yemen que respalda Irán”, ha añadido, echando en el mismo saco ambos incidentes y apuntando a su principal rival por la hegemonía en la región.
El ataque se produjo entre las seis y las seis y media de la mañana (una hora menos en la España peninsular) en los distritos de Dawadmi y Afif, al oeste de la capital saudí, según ha precisado posteriormente la Presidencia de Seguridad del Estado (el principal servicio secreto).
Poco antes de que Al Falih reconociera el ataque a los pozos, una cadena de televisión bajo control Huthi, Al Masirah, había anunciado que “siete drones habían atacado instalaciones vitales saudíes”, aunque sin identificar los objetivos. “Esta amplia operación militar es una respuesta a la continua agresión y bloqueo de nuestro pueblo, y estamos preparados para llevar a cabo acciones únicas y más duras”, aseguraba un oficial citado por la emisora, según la traducción de Reuters.
Los rebeldes yemeníes, que se hicieron con el control de Saná a finales de 2014, vienen atacando Arabia Saudí con misiles y drones desde que en marzo del año siguiente Riad lanzara, con el apoyo de EAU, una campaña militar para restablecer al Gobierno de Abdrabo Mansur Hadi. La guerra subsiguiente ha puesto Yemen al borde de la hambruna y desatado una crisis humanitaria sin parangón.
El pasado fin de semana, los Huthi empezaron a retirarse del puerto de Hodeida, vital para la entrada de alimentos, combustible y medicinas, en cumplimiento del alto el fuego acordado el pasado diciembre en Estocolmo. No está claro cómo su última operación va a afectar al repliegue, que debía concluir hoy martes y sobre el que tanto las fuerzas progubernamentales como sus aliados saudí y emiratí habían expresado un gran escepticismo.
Fuente: El País.