En octubre de 2018 la startup Iron Ox («buey de hierro») en EE.UU. inauguró una granja muy particular: allí los robots están encargados de realizar muchas tareas que tradicionalmente las han realizado los humanos. Ahora, ocho meses más tarde, la empresa cosechó sus primeras hortalizas (lechuga, acedera y albahaca) y ya están a la venta.
La clave del funcionamiento de la granja reside en un sistema de cultivo hidropónico que va transfiriendo las plantas de uno a otro recipiente en función de su tasa de crecimiento, y luego va moviendo cada recipiente por el interior del invernadero.
El sistema tecnológico instalado en la granja incluye brazos robóticos, recipientes hidropónicos automatizados y hasta un robot rodante autónomo llamado Angus. Según The Verge, esta granja robótica requiere mucho menos espacio que una granja tradicional (y usa un 90% menos agua).
Todo el proceso es supervisado por un software llamado Brain, ‘Cerebro’.
Sin embargo, a pesar de que Iron Ox habla de «granja automatizada», los robots aún no están listos para trabajar solos.
El CEO de la compañía, el antiguo investigador de Google X Brandon Alexander, reconoció a The Verge que los humanos siguen llevando a cabo dos tareas fundamentales: el sembrado de los ‘plantines’ (las semillas ya germinadas) y el empaquetado del producto ya terminado.
Las hortalizas cultivadas por Iron Ox se venden en un único local, en la sucursal de San Carlos (California) de la cadena familiar Bianchini’s Market, especializada en productos locales y orgánicos.
¿La razón? Se encuentra a sólo un kilómetro de la granja, lo que facilita su transporte y garantiza que el producto esté fresco… y permite rebajar algo unos precios que, sin ser desorbitados, están por encima de la media.
Fuente: Sputnik