La casa de moda Louis Vuitton presentó este miércoles una ecléctica colección crucero en la terminal 5 del aeropuerto JFK de Nueva York, un monumento a la aviación de los años 60 recién restaurado por el que desfilaron propuestas vanguardistas, sin olvidar los clásicos accesorios con el monograma de la firma.
Días antes de abrir sus puertas reconvertido en hotel, el espacio acogió el genio creativo del diseñador Nicolas Ghesquiére en un desfile marcado por la mezcla de estilos deportivos, futuristas y ochenteros y los juegos de volúmenes, texturas y estampados, entre los que no faltaron homenajes a la Gran Manzana.
La colección crucero, ideada para 2020, quedó definida por el binomio blanco y negro; los colores pastel en verde menta y rosa salmón, y los tonos subidos en azul, fucsia u óxido.En cuanto a texturas y acabados, triunfaron el satinado, la piel, el brocado, el terciopelo y el brillante material de PVC, a menudo combinados entre ellos, con superposiciones y «patchwork».
Para los «looks» más informales, Louis Vuitton apostó por pantalones de pinzas anchos hasta la rodilla y discretos suéteres de cuello alto; o pantalones largos con raya lateral y rodilleras, combinados con una chaqueta cazadora de la que caía, a modo de capa corta, una vaporosa tela adornada con lentejuelas.
Hubo numerosas piezas estructuradas, sobre todo vestidos de corte recto y forma rectangular, mientras que en otros casos se vieron juegos de volúmenes en faldas «peplum», chaquetas cortas con formas redondas en hombro y brazo, o «tops» que emulaban el arte de la papiroflexia.