Gabriel Molina, un hombre residente de Miami que condujo un Ferrari a 100 millas por hora (mph) en los Cayos, tuvo más problemas con la ley que solo una multa por conducir a exceso de velocidad. La pasajera que lo acompañaba ayudó a acusarlo de un delito, sin embargo, Molina desde el 2013 hasta este año acumuló nueve multas de tráfico, entre otras una en el Condado Miami-Dade por conducir a 100 mph en una zona de 55.
El total de las multas que ha pagado suma $2,411. De modo que no hubo mucha sorpresa cuando Molina fue capturado conduciendo un Ferrari de 2016 que, de acuerdo con la policía del Condado Monroe (MCSO), se desplazaba a gran velocidad en dirección sur por el carril del centro de la carretera U.S. 1.
El sargento de la MCSO Robert Dosh, se encontraba en su auto a la altura de la milla 87 a las 2:13 a.m., cuando Molina le pasó cerca a 75 mph. Dash activó la sirena de su auto patrullero, y lo que Molina hizo fue acelerar hasta alcanzar las 100 mph.
La MCSO dijo que Molina apagó las luces. Dosh capturó a Molina cuando éste se detuvo en una gasolinera.
Según la MCSO, Molina le dijo a Dash: “El carro es un Ferrari y se mueve muy rápido”, y luego agregó que no estaba tratando de escapar cuando llegó a las 100 mph por la U.S. 1. “Sin embargo, una mujer que iba en el asiento del pasajero declaró que Molina vio las luces y escuchó la sirena del sargento Dosh”, dijo la MCSO en el reporte del arresto.
“La pasajera declaró también que le dijo a Molina que bajara la velocidad”. Molina terminó acusado de tratar de escapar y de eludir a un agente de la ley —lo que se considera un delito— que tenía activadas las luces y la sirena de su auto patrullero.