Cubanos siguen arriesgándose en balsa para llegar a los Cayos de la Florida

2017

Aunque las llegadas de balseros cubanos son cada vez menos con relación a los tiempos en que terminó la política de “pies secos, pies mojados”, algunos recientes acontecimientos, tanto en el mar como en tierra, indican que los cubanos aún están dispuestos a arriesgarse en las peligrosas aguas del Estrecho de la Florida para emigrar a Estados Unidos. 

El 1ro. de abril, la Patrulla Fronteriza arrestó a seis cubanos que llegaron a Key West. Los recién llegados fueron encontrados cerca del centro turístico Casa Marina Resort, en la calle Reynolds, dijo Adam Hoffner, agente de la Patrulla Fronteriza de los Cayos.

Los cubanos le dijeron a las autoridades que salieron del Puerto de Mariel el 30 de marzo y estuvieron dos días en el mar. “No se reportó ningún lesionado y todos parecían gozar de buena salud”, dijo el martes Hoffner.

El 20 de marzo, agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a siete cubanos que habían llegado a Key Largo. La agencia no dio detalles específicos sobre el arribo.

En ambos casos, los emigrantes fueron procesados por la Patrulla Fronteriza y enviados de regreso a Cuba.

Hace dos años, hubieran podido quedarse en el país, pero el gobierno del entonces presidente Barack Obama acabó con la política de “pies secos, pies mojados” a principios de 2017 debido a la descongelación de las relaciones diplomáticas con el régimen de Castro.

La política de “pies secos, pies mojados” le permitía a los cubanos que pisaran suelo norteamericano permanecer en el país, y al cabo de un año solicitar la residencia permanente. Los que eran interceptados en el mar eran devueltos a la isla.

Menos de una semana después de la llegada de los cubanos a Key West, el Servicio Guardacostas interceptó una embarcación con 11 personas navegando a unas 24 millas al este de Cay Sal, una isla bahamense deshabitada que queda entre Key West y Cuba.

El domingo, un escampavías del Servicio Guardacostas encontró a ocho cubanos escondidos en Cay Sal.

Fuente: El Nuevo Herald