Los duques de Sussex llegaron anoche a Casablanca y desde allí se trasladaron a Rabat, donde fueron recibidos por el príncipe heredero de Marruecos, Mulay Hasán, quien está asumiendo cada vez mayor visibilidad en el protocolo de la corona, ambos se encuentran en Marruecos como una visita de tres para la promoción de la educación de las niñas en el remoto Atlas marroquí.
El príncipe Enrique y Meghan pernoctaron en el Palacio de Huéspedes de la capital, el mismo donde hace muy poco se alojaron los reyes de España, Felipe y Letizia, en su visita de Estado.
Debido al avanzado estado de Meghan, quien se encuentra en el séptimo mes de embarazo, se considera que este será el último viaje oficial al extranjero de la pareja.
Pero más allá del embarazo, Meghan arrastra en los últimos días los ecos de su polémica escapada a Nueva York donde celebró un lujoso «baby shower» rodeada de sus amigos más cercanos como Amal Clooney y Serena Williams, quienes han salido en su defensa y han asegurado que costearon gran parte de los gastos.
El lujo que rodeó el acto le valió la reprobación de la sociedad británica y críticas en los medios del país, que resaltaron los excesivos gastos de la fiesta y el hotel donde estaba alojada la duquesa de Sussex, lo cual se contradice con la imagen que públicamente quiere proyectar ella como alguien comprometido con el combate contra la exclusión social y la pobreza.
Y así, aunque el programa de los duques estuviera definido desde hace meses, le va a servir a Meghan para compensar cierta imagen de frivolidad y derroche, pues el periplo marroquí comenzó hoy con una visita en una escuela rural de las montañas del Atlas, al sur de la ciudad de Marrakech.
Los duques visitaron la asociación «Education for all» que dispone de un internado que acoge a chicas de entre 12 y 18 años lo que les permite continuar sus estudios y reducir así el abandono escolar femenino, un verdadero problema en las regiones rurales de todo Marruecos.
La escuela tiene además la particularidad de que fue fundada por el benefactor británico Mike McHugo allá por 2006 (hoy son varios centros similares en el Atlas) y, por esa razón, el príncipe Enrique lo condecoró hoy con el «Most Excellent Order of the British Empire».
Meghan y Enrique tuvieron un caluroso recibimiento con cánticos en bereber de las jóvenes de la asociación, que estaban ataviadas con ropa tradicional.
Como haría cualquier pareja de turistas europeos en Marruecos, Meghan se dejó tatuar la mano con «henna», mientras su marido sorbía un vaso de humeante té con hierbabuena.
Posteriormente la pareja real visitó el Instituto «Gran Atlas» donde asistió también a un partido de fútbol entre los estudiantes del centro escolar.
La agenda de Meghan y Harry sigue hoy en Rabat en la residencia del embajador del Reino Unido en Marruecos, donde asistirán a una recepción en la que se encontrarán con jóvenes emprendedores y mujeres consideradas influyentes de la sociedad marroquí.
El lunes, los duques de Sussex visitarán la Federación Real Ecuestre, asistirán a una demostración culinaria en presencia del conocido chef Moha, uno de los más reputados del país magrebí, y terminarán con una visita al jardín andalusí de la Alcazaba de las Udayas.
Según la embajada británica, Meghan viaja acompañada de un equipo médico para seguir su embarazo y hacer frente a cualquier eventualidad.
Fuente: Diario las Américas