El 6 de agosto de 2013 murió Israel Hernández Llach, o Reefa, su nombre artístico. Ese día, en la madrugada, el joven fue sorprendido por la Policía de Miami Beach mientras pintaba un grafiti en la pared de un local abandonado, en la Avenida Collins con la calle 71.
Después de una persecución de cerca de siete minutos, un agente policíaco de La Playa disparó al joven, apuntando a su corazón, una descarga eléctrica con una pistola táser, según lo estableció la investigación de la fiscalía estatal de Miami-Dade.
Como lo mostró la autopsia, el joven artista, nacido en Barranquilla, Colombia, y con apenas 18 años de edad, murió por ese disparo que le produjo un paro cardiaco.
Cinco años después de esa tragedia – que dejó un dolor infinito en una familia inmigrante expulsada de su país por la violencia – la directora y guionista estadounidense Jessica Kavana Dornbusch quiere contar la parábola vital de un joven artista con grandes talentos y potencialidades que se perdieron para siempre.
“Cuando empecé a desarrollar el proyecto para una película basada en hechos reales, tenía dos posibilidades: me enfocaba en la vida [de Reefa] o en su muerte. Decidí centrarla en la vida. Me parece que la injusticia pasa cuando uno se da cuenta de lo que perdió el mundo. Quería que esa fuera la historia que se recuerde”, explicó Kavana Dornsbusch.
Esta directora, de origen uruguayo y criada en Miami, que estudió en la escuela de cine en Boston University, conoció a la familia Hernández un año después de lo que ella misma califica como un asesinato y explicó por qué: “Agarrar a un muchachito que tiene una lata de pintura en sus manos, perseguirlo, llamar más patrullas, tenerlo custodiado, agarrarlo y ponerle el táser durante cinco minutos directo a su corazón, eso es asesinato”.
La fiscalía, después de más de dos años de investigaciones y gran presión de los abogados de la familia y de varias organizaciones comunitarias que sintieron como suya la muerte de Reefa, calificó ese hecho como un accidente y absolvió de toda culpa criminal al policía que hizo la mortal descarga eléctrica.
“Esta es la historia de una familia inmigrante que llega a Estados Unidos, con una visa de asilo, con el propósito de salvar la vida de sus hijos y que tengan un futuro. Y al final lo irónico es que Israel termina muerto por una persona que está ahí para proteger. Es una ironía muy fuerte”, expresó Kavana Dornsbusch.
Trabajo con la familia
La película no es un documental, sino una ficción basada en hechos reales. Kavana Dornsbusch trabajó con los padres de Reefa y con los amigos del joven durante un año.
No fue fácil porque tenía que enfrentar uno de los dolores más profundos que puede experimentar un padre: la pérdida de un hijo. Algunas veces, cuando por ejemplo quería conocer la infancia del protagonista, la madre de Reefa (Jackeline Llach) la agobiaban el llanto y los recuerdos. “Fue muy difícil porque quería honrarlo a él y tengo una hora y media para contar 18 años de vida. Y su muerte. También debía explicarles a la familia y a los amigos que cuando vean la película quizás las cosas no pasaron en el exacto orden de la realidad, porque hay que condensar eventos para contar la historia de manera más efectiva”, indicó la guionista y directora.
Es por lo tanto un equilibrio complicado, trazar un puente seguro y sólido entre la ficción y los hechos. Kavana Dornsbusch Espera que la película se pueda ver en los teatros de Colombia. Por razones de presupuesto, no rodarán escenas en ese país.
Financiación
Esta película se financió con el sistema de “crowdfunding”, a través de la plataforma Kickstarter. Cualquier persona puede donar desde 10 hasta 200 dólares, si así lo desea. Puede entrar a este enlace.
La meta es recolectar 150.000 dólares para empezar a rodar la película. Se filmará en un mes, en las calles de Miami. Aún no se ha hecho la selección de todo el elenco, pero ya se tiene al actor que representará a Reefa: Jeffrey Wahlberg.
“Me encantaría que la película salga a los cines. Me gustaría que empiece un debate, a veces es de la violencia y la policía, [esta historia] te acerca mucho a una parte de la población, de los hispanos, de los inmigrantes. Lo que olvida la gente es que los inmigrantes son familias como los Hernández, vienen acá, trabajan, son unidas, tienen talento y traen mucho potencial a este país”, subrayó esta guionista, que ya ha realizado dos películas, y tiene ocho guiones en desarrollo.
La realizadora ya está en conversaciones con Netflix y aspira a presentar esta película en festivales de cine de Estados Unidos (en el Sundance, por ejemplo) y Europa.
Sin duda, el caso de Reefa es emblemático no sólo porque su corta vida estuvo llena de proyectos y de gran talento, sino porque, a pesar de lo que determinó la fiscalía y lo fallado en la demanda civil, quedó la certeza de que no se hizo justicia.
Y como dijo la directora de la película, con respecto a los amigos de Reefa, “era un grupo de niños muy unido, muy amigos entre ellos, hubiesen dado la vida por Lito [Israel], y esa noche la hubieran dado. La parte más trágica es que le pasó a Lito. Era el que menos se merecía que eso le pasara de todo el grupo de amigos”.