Los jóvenes colombianos fueron condenados a largas penas de prisión por conspirar para propiciar la entrada ilegal de inmigrantes a Estados Unidos, que condujo a la muerte de dos ciudadanos cubanos y la violación sexual de uno de ellos.
Carlos Emilio Ibarguen Palacios, de 27 años, y Jhoan Stiven Carreazo Asprilla, de 23, fueron extraditados del país sudamericano a Estados Unidos y condenados por la corte federal con sede en Miami a 45 y 50 años de prisión, respectivamente.
Ambos individuos se declararon culpables ante el juez federal José E. Martínez de conspirar para guiar a personas a entrar a escondidas en territorio estadounidense, lo que a su vez resultó en la violación y la muerte de dos migrantes.
«Los condenados organizaron un viaje de contrabando de personas por el cual dos personas pagaron con sus vidas», señaló en un comunicado la fiscal federal para el distrito del sur de la Florida, Ariana Fajardo Orshan.
“Las sentencias de prisión federal impuestas contra los contrabandistas no pueden devolver la vida de quienes murieron, pero al menos servirán para parar otros intentos de este peligroso negocio del contrabando de migrantes”, resaltó.
Según el informe del proceso judicial, Carlos Emilio Ibarguen Palacios y Jhoan Stiven Carreazo Asprilla organizaron por tres años el curso de migrantes hacia Estados Unidos a través de la frontera de Panamá.
Suceso
El 7 de septiembre de 2016 tres ciudadanos cubanos, dos hombres y una mujer, abordaron una pequeña embarcación, luego de pagar una suma de dinero.
En un momento del viaje, Ibarguen Palacios y Carreazo Asprilla amenazaron a los tres viajeros con cuchillos, ataron las manos de los dos hombres y los ataron a un extremo del bote.
Uno de ellos logró zafarse y saltar al agua, y escuchó cómo mataron a su compañero de viaje y violaron a la mujer a bordo del bote, a quien después le cortaron el cuello para asesinarla.
Al otro día, un pescador de la zona rescató al joven sobreviviente, quien fue atendido por el Ejército colombiano y condujo a las autoridades al lugar de los hechos, donde los cadáveres de las dos personas asesinadas fueron encontrados.
Más tarde, Ibarguen Palacios y Carreazo Asprilla fueron localizados y arrestados, y posteriormente remitidos al tribunal federal estadounidense.
El Gobierno de Colombia, así como la fiscalía general de la República, aportó la información y el apoyo necesario que facilitó la evolución de la investigación y el posterior proceso judicial.
Cortesía:DLA