Gobierno de EE.UU inspeccionó ley de vacunas en medio de brote de sarampión

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El pasado viernes, en medio de un brote de sarampión que ha dejado al menos 56 enfermos en el noroeste de Estados Unidos, legisladores de un comisión del estado de Washington escucharon testimonios sobre una iniciativa que busca quitar a los padres la autoridad de oponer razones personales o filosóficas para impedir que a sus hijos les apliquen la vacuna combinada contra el sarampión, las paperas y la rubeola.

Centenares de personas contrarias a la medida, muchas de ellas con calcomanías que tenían el número de ésta, HB 1638, encerrado en un círculo tachado, protestaron durante más de una hora afuera de la Comisión de Atención de Salud y Bienestar, de la Cámara de Representantes del legislativo estatal.

El proyecto de ley es analizado en una época en que las autoridades de salud han registrado al menos 52 casos en el estado de Washington y cuatro en Oregon. La mayoría de los casos en Washington han ocurrido en el condado Clark, al norte de Portland, Oregon. La medida es impulsada por el representante republicano Paul Harris, y tiene el apoyo de la asociación médica estatal y del gobernador Jay Inslee, quien declaró el mes pasado el estado de emergencia por el aumento de los casos de la enfermedad.

Harris dijo que las personas de su demarcación están “preocupadas por nuestra comunidad, su inmunización y la seguridad de la comunidad”.

La medida sí permite que la vacunación no se aplique si la persona presenta pruebas de laboratorio que demuestren que ya tiene inmunidad contra el mal o que ya padeció las enfermedades.

En la actualidad, el estado permite exentar de las vacunas a niños que asisten a escuelas públicas o privadas, o que sean llevados a guarderías autorizadas, con base en las creencias médicas, religiosas, personales o filosóficas de los padres. Si los padres no han solicitado esa dispensa, el menor debe estar vacunado de manera obligatoria o mostrar que ha adquirido inmunidad frente a una docena de enfermedades —incluidas la poliomielitis, la tosferina y las paperas— para que pueda asistir a la escuela o ser recibido en una guardería infantil.

John Wiesman, secretario del Departamento de Salud estatal, dijo que el intento para restringir las dispensas busca “la seguridad de las escuelas y la protección de los niños vulnerables”.

Wiesman dijo ante el panel que, en comparación con otros brotes en el estado en la última década, “el que enfrentamos en este preciso momento es mayor y las personas se infectan con más rapidez que en otras ocasiones en la historia reciente”.

Entre los detractores que testificaron en contra de la iniciativa figuró el activista ambiental Robert F. Kennedy Jr., quien puso en duda los niveles de seguridad de las vacunas.

Cortesía:elnuevoherald