se hacía pasar por agente de inmigración en Miami. Tenía una placa de identificación, hablaba con autoridad y parecía conocer a muchos empleados en las oficinas del Departamento de Vehículos.
Su oferta era atractiva: coordinar el papeleo para que inmigrantes indocumentados pudieran conseguir una licencia de conducir de la Florida. La voz se corrió rápido por el sur de la Florida.
Docenas de personas que habían estado viviendo y trabajando en las sombras durante años aceptaron la oferta y pagaron $2,000 cada una. Una de esas personas era un empleado de mantenimiento de un hotel que tocaba el saxofón y hacía obras voluntarias en su iglesia. Otro tenía un restaurante con su esposa. Un tercero tenía una compañía de enlucido en Homestead y era entrenador del equipo de fútbol de su hija.
A final de cuentas, investigadores federales, con la colaboración de un informante confidencial, conocieron de la estratagema. Durante los últimos meses, los agentes han arrestado a más de 20 personas que pagaron por los documentos, entre ellos dos hombres declarados culpables el martes en el tribunal federal de Miami.
Los fiscales dicen que “Val” no era agente de inmigración, sino un estafador llamado Valois Núñez Artiles, que ahora ha sido acusado de fraude y enfrenta juicio este mes en el tribunal federal de Miami. Contra el fondo de las posturas agresivas del gobierno de Donald Trump en materia de inmigración, el caso subraya los peligros que corren los indocumentados que quieren tener una semblanza de normalidad en su vida.
“Esta pobre gente está desesperada. Son buenas personas, trabajan duro”, dijo el abogado defensor criminalista Bob Pardo, quien representa al entrenador de fútbol. “Pagan sus impuestos, son tan estadounidenses como usted o yo”.
Núñez, de 47 años, debe presentarse a juicio en el tribunal federal de Miami el 19 de febrero. Su abogado defensor, Christopher DeCoste, declinó hacer declaraciones. “Estamos investigando las evidencias y alegaciones del gobierno”, se limitó a decir.
El caso fue liderado por la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE). Un portavoz de la agencia declinó hacer declaraciones porque la investigación no ha concluido.
Por su parte, el Departamento de Seguridad en las Carreteras y Vehículos de la Florida (DMV) informó el martes en un comunicado que está trabajando de cerca con autoridades policiales “y capacita rutinariamente a los empleados encargados de emitir las licencias” para identificar documentos falsos.
Fue el DMV el que alertó al ICE en septiembre de que había personas que estaba presentando documentos sospechosos para solicitar la licencia de conducción en el sur de la Florida.
Un cuestionario en cuestión se denomina “orden de supervisión”. El ICE entrega documentos a personas que deben ser deportadas pero que tienen una razón aprobada para no deportarlos. Para recibir ese documento, la persona tiene que ser oriunda de un país que no tenga relaciones diplomáticas con Estados Unidos, ser padre o madre soltera de un hijo ciudadano estadounidense o tener un “problema de salud significativo”.
Cualquiera con ese documento puede solicitar la licencia de conducir en la Florida y una tarjeta que lo autoriza a trabajar legalmente en el país.
Núñez, quien es ciudadano estadounidense, nació en Cuba y dirige AAA Messaging Service, una empresa de paquetería. Está casado y vive ahora en Gainesville, donde una de sus hijas asiste a la universidad y su esposa trabaja en la Universidad de la Florida.
Núñez está en libertad bajo fianza en espera del juicio.
El primer encontronazo de Núñez con la ley fue en el 2004, cuando aceptó una condena de libertad condicional en Miami-Dade por dos cargos de robo en mayor cuantía, aunque en el caso no se considera que lo hayan declarado culpable.
Pero agentes federales dicen que Núñez fue el “organizador” de la estafa con los documentos, que duró al menos un año y medio. Usaba varios alias y “se hacía pasar por agente de inmigración, algunas veces llevaba una placa de identificación policial y se le vio con lo que parecía una tarjeta de identificación del gobierno”, según documentos del tribunal.
Los investigadores dicen que la estafa de Núñez era precisa. Pedía a los indocumentados que le entregaran certificados de nacimiento, pasaportes, fotos y su información personal, e incluso les tomaba las huellas dactilares. Entonces les indicaba que fueran a oficinas específicas del DMV. Algunas veces los acompañaba para entregar los documentos, escribió la fiscal federal Yisel Valdés en una moción al tribunal.
Los indocumentados que usaban los servicios de Núñez muchas veces referían a otros y lo ayudaban a conseguir clientes.
Uno de ellos era Byron España López, quien refirió un hombre a Núñez para que le hiciera un formulario falso, según una denuncia penal. Sin embargo, el hombre era un informante del ICE, quien pronto se acercó a otro intermediario, Kebyn Hernández, quien había pagado dos veces a Núñez por el formulario falso.
En diciembre, Hernández entregó el formulario falso al informante a cambio de $2,000 en efectivo, escribió el agente Erasmo Suárez en su denuncia penal.
Núñez y más de 20 personas fueron arrestados a finales de diciembre.
Entre los arrestados estuvo Terry Dember, de 54 años y de la isla de San Vicente, quien llegó a Estados Unidos hace más de 30 años con una visa de turista. Se quedó y trabajó como empleado de mantenimiento en un hotel de lujo del downtown de Miami varios años.
“Tenía trabajo estable y siempre pagó sus impuestos”, dijeron sus abogados, Sabrina Puglisi y Dianne Carames, en un comunicado. “La mayoría de los arrestados en este caso fueron personas de quienes el hombre que conocían como Val se aprovechó… les dijo que trabajaba en Inmigración y que podía ayudarlos a conseguir sus papeles”.
Dember se declaró culpable el martes a cambio de ser condenado al tiempo que cumplió en un centro federal de detención. Lo más probable es que lo deporten.
Otro hombre, Jhony Antonio Contreras Maradiaga, bracero oriundo de Honduras, decidió enfrentar las alegaciones.
En su juicio esta semana, el equipo defensor de Contreras lo presentó como una víctima de pocas luces, alguien engañado por un estafador que se hizo pasar por abogado e incluso fue al DMV con él.
“Es una persona muy sencilla y humilde”, dijo su abogado, Dennis González. “Tiene dos hijos que son ciudadanos estadounidenses. Ha vivido aquí muchos años y no tiene antecedentes penales. No entiende inglés y pensó que la orden de supervisión era legítima, y por eso fue al DMV”.
Pero los jurados deliberaron menos de dos horas antes de declararlo culpable de un solo cargo de usar a sabiendas un documento falso para mostrar que estaba autorizadamente en Estados Unidos.