(MiamiNews24).-La joven actriz Sarah Hyland, famosa por su participación en la serie Modern Family, reveló que fue sometida a una segunda cirugía de trasplante de riñón, luego de que el primero comenzara a ser rechazado por su cuerpo.
La estrella de 28 años reveló a la revista Elle que ha vivido momentos difíciles en los últimos tiempos luego de que comenzara a fallarle el riñón donado por su padre en el 2012.
Hyland contó a la publicación que su cuerpo comenzó a rechazar el riñón en octubre del 2016. A partir de ahí presentó cuadros de fatiga, infecciones y fiebres, por lo que acudió al médico, que le informó que el riñón trasplantado ya no estaba funcionando adecuadamente, ya que no filtraba bien las toxinas, por eso presentaba estragos en su salud.
«Hicimos todas estas pruebas y todos estos tratamientos para tratar de salvar el riñón», confesó, pero a pesar de todos los estudios realizados y tratamientos no tuvo éxito. Los médicos le indicaron que era necesario un nuevo trasplante.
Noticia que dejó impresionada y preocupada a la actriz de Modern Family, que ha estado batallando por su salud, debido a la displasia renal y la insuficiencia renal con las que nació
Su situación cada vez era más desgastante. Por eso el 14 de febrero del 2017 tuvo que recibir su primera diálisis, que le siguieron otras cada semana. Pero ese tratamiento comenzó a provocar otros daños a su salud, como pérdida de peso, dolor de ciática, retención de líquidos y algunos malestares a su visión.
Los efectos comenzaron a ser visibles en su físico, incluso sus fans y la prensa especializada comenzaron a especular que la actriz padecía anorexia, versión que fue desmentida en su momento por la propia Sarah.
Posteriormente le tuvieron que extraer el riñón trasplantado.
Tras varios estudios, los médicos le dijeron que su hermano menor Ian Hyland, de 23 años, era compatible para donarle un riñón y principalmente que estaba dispuesto a hacerlo.
Pero para la actriz lejos de ser una buena noticia, la deprimió porque no quería arriesgar a su hermano con esa cirugía.
«Cuando un miembro de la familia te da una segunda oportunidad en la vida y falla, casi se siente como si fuera tu culpa. No lo es. Pero sucede. Durante mucho tiempo, estuve pensando en suicidarme, porque no quería fallarle a mi hermanito como le fallé a mi papá», confesó la actriz.
Pero tomó la decisión de aceptarlo. Así que el trasplante se realizó en septiembre del 2017.
«Solo me importaba que Sarah supiera que se iba a recuperar y que iba a estar bien», comentó Ian Hyland a la revista Self.
Y todo ha salido bien, tanto Sarah como su hermano se encuentran en perfectas condiciones.
Fuente: El Nuevo Día