«Las cifras son muy fuertes, pero no estoy pendiente de ellas, estoy a otras cosas», asegura a Europa Press el malagueño, para luego añadir: «Mi parte infantil y pasional sigue intacta y quiero que siga así. Yo estoy aquí para poder subirme al escenario y vivir de esto. Dan igual las cifras, pero obviamente las cifras son importantes, hay que valorarlas y hay que pelear por cosas así».
De esta manera, considera «una pasada» haber vendido más de 200.000 copias de Prometo en el momento actual, algo que según recalca, él no tenía controlado: «Sé lo que vendimos la primera y la segunda semana, pero a partir de ahí me centré en mi gira. Cuando me lo dijeron no lo sabía. Y me dieron el típico marquito con los discos, que parece que se había quedado anticuado, pero me alegro de que no sea así. Es un reconocimiento maravilloso para todo el equipo».
Aunque no esté pendiente de ellas en el día a día, precisamente para celebrar estas envidiables cifras, llega ahora a las tiendas la reedición especial de Prometo, que incluye los temas originales, sus duetos con Alejandro Sanz, Carminho y Piso 21, la nueva versión de Tu refugio y un segundo CD con nuevas grabaciones acústicas.
Esta reedición cuenta también con un Blu-Ray (o dos DVDs) con su concierto en el Estadio Olímpico de La Cartuja de Sevilla, más la filmación de los nuevos temas acústicos, un documental sobre los entresijos de la gira y todos los videoclips editados de la era Prometo.
MÁS CONCIERTOS EN 2019
Encantado con el lanzamiento de esta cajita roja que parece contener bombones, pero en realidad contiene música, se muestra Pablo reiteradamente agradecido por el apoyo de sus seguidores. «El premio es el público», sentencia, al tiempo que resalta que ha «disfrutado tanto» esta gira -que según los usuarios de Ticketmaster España es la mejor nacional, siendo U2 la internacional- que se ha animado a ampliarla durante 2019.
Así las cosas, el malagueño hará unas pocas fechas en América y otras tantas en España, atreviéndose incluso a mirar hacia otros países europeos. «Lo contaré en breve porque no está confirmado. Sé que estamos trabajando en algunos lugares que me hace mucha ilusión, que ha habido demanda y que me han sorprendido. Yo soy muy cauto, pero va a ser muy bonito», avanza sin querer más detalles y sonriendo travieso.
Además, explica que su madre es francesa, por lo que «seguro» que sus «influencias musicales deben ser parecidas las de otras personas de Europa». Por eso, señala que «puede ser interesante ver qué pasa», no solo por los españoles que pueden vivir en esas ciudades. «Yo soy europeo y estoy muy feliz de la oportunidad», confiesa.
Y aún reflexiona sobre sus posibilidades de conectar con el público saltándose la barrera del idioma: «Mi voz, por lo que me dicen, es la conexión. Trabajo con gente que no habla español y lo que les capta son los melismas, los giros, que no saben muy bien si vienen del flamenco, de la música árabe o la francesa. Ahí es donde tengo que trabajar un poco más, en experimentar a través de eso. Luego las letras son claves para el que sepa el idioma porque la conexión es más. Pero es guay conseguir captar por la música o la musicalidad».
El tramo 2019 del Tour Prometo comenzará al otro lado del Océano Atlántico con un doblete en el Auditorio Nacional de Ciudad de México los días 29 y 30 de marzo. Después, citas en Santiago de Chile (4 de abril, Movistar Arena) y Buenos Aires (13 de abril, Hipódromo de Palermo).
Será turno luego de volver a España para actuar en Vigo (27 de abril, Instituto Ferial), Córdoba (11 de mayo, Plaza de Toros), Barcelona (18 de mayo, Palau Sant Jordi por cuarta vez en este tour), Madrid (22 de mayo, WiZink Center también por cuarta vez en esta gira), Valencia (25 de mayo, Auditorio Marina Sur) y Pamplona (1 de junio, Navarra Arena).
SUEÑOS POR CUMPLIR
Lógicamente encantado por su presente, mira Pablo Alborán un poquito al futuro apuntando que «ojalá» pudiera «vivir eternamente» de su música, pues ese es el «sueño de cualquier músico». «Y que lo que te ha lanzado, tus primeras canciones, puedan seguir contigo veinte, treinta o cuarenta años», apostilla, añadiendo además que «las canciones no se terminan nunca». «Las canciones de Prometo las veo muy libres y versionables», plantea, remarcando así su perdurabilidad.
Sin dudar ni un instante, confiesa en este punto que no ha cumplido todavía sus sueños más locos. Y desvela algunos de ellos, aún sin fecha pero ya en su cabeza: «Ahora tengo las miras puestas en el cine, en música para cine, en interpretación. Y probar hacer cosas completamente distintas, en intentar aprender cosas nuevas. Me apetece. Creo que la interpretación me va a ayudar a sentirme todavía más libre en el escenario y en la música, que es mi lugar».
«¡Todos los días se me ocurre una idea loca y nueva!», remata entre risas, admitiendo además que suele tener a su «equipo temblando» justamente por eso. «Me enfado bastante, tengo alguna que otra bronca de vez en cuando porque se me ocurren cosas y me dicen ‘¿ahora vas a querer hacer esto, por qué no esperas un poquito? Que no hay tiempo'», revela divertido.
Sin perder la sonrisa pero recuperando cierta seriedad, aclara: «No tengo nada planteado, yo lo suelto y que vengan las propuestas. Yo feliz y encantado, sobre todo por el respeto que tengo al mundo del cine. Cuando tuve la oportunidad de hacer música para Palmeras en la Nieve, que encima nos dio un Goya a Lucas Vidal y a mi, me encantó el proceso porque era completamente distinto. En la interpretación tengo mis miras porque hay algunas propuestas que me parecen interesantes y me pueden ayudar personalmente».
La música, en cualquier caso, es siempre el centro de gravedad de Pablo Alborán, quien confiesa que ha «soñado muchas veces que componía melodías» y se ha despertado «corriendo para grabarlas». También ha soñado, según cuenta, «secuencias de acordes que luego resulta que eran una cosa básica», aunque en su sueño «eran la leche».
«Sueño música y estoy constantemente componiendo. Ahora mismo tengo dos o tres canciones a las que estoy dando vueltas, las estoy torturando, volviendo a construirlas. Haciendo cosas que antes no hacía, porque escucho una canción y la rompo y vuelvo a hacerla porque no tengo presión de fechas para sacar disco ni necesito encerrarme a componer», finaliza. Con música sonando en su cabeza. Indudablemente.
fuente:DLA.