Trabajar en Cuba, de la obligación a la condena

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(Miaminews24).-En los debates sobre el proyecto de Constitución algunos participantes han pedido la obligatoriedad del trabajo, hasta el momento contemplado como deber y derecho. Para estas personas, todo ciudadano cubano, hombre o mujer en edad laboral, estaría forzado por la ley a permanecer en un puesto de trabajo, estatal o no, aun cuando no lo necesite por disímiles motivos o no sea su voluntad hacerlo.

Así, una persona que decida vivir de la remesa que le envía un familiar desde el extranjero o de la administración de un patrimonio heredado, estaría en peligro de ser sancionada si no cuenta con un empleo, y lo mismo sucedería con aquel sujeto espiritual o deprimido que se recoja en la soledad de su casa o el que renuncie al trabajo por conflictos con el jefe y luego no encuentre opciones acordes con su currículum, especialización y habilidades físicas o intelectuales.

La imposición del trabajo funcionaría entonces como un chantaje de amplio espectro y la fórmula sería sencilla: si no lo haces, a la cárcel. Así es el socialismo que “sueñan” ciertos “radicales”, publica CUBANET.

Para quienes se oponen a la propuesta, la obligatoriedad es un absurdo cuando no una contradicción, primero porque los salarios en Cuba, aun el mejor de ellos, no son capaces de garantizar un nivel de vida decoroso y, luego, porque haría detonar estrepitosamente otras cuestiones que el propio gobierno preferiría no hacerlas demasiado visibles a la opinión pública como índices de desempleo, niveles de pobreza asociados no solo a los bajos salarios sino a la discriminación racial, sexual y hasta ideológico-política, ineficiencia económica del sector empresarial estatal, entre otros muchísimos factores que involucraría incluso el incumplimiento de normativas pactadas con organizaciones mundiales del Trabajo y la Salud.

Fuente:DLA