(MiamiNews24).-El residente de Naples John O’Brien, sus hijos adultos y sus dos pequeños nietos llegaron a sus asientos en el Hard Rock Stadium para un juego de los Miami Dolphins. Un gran admirador de San Francisco, O’Brien, vestido con una camisa roja de los 49ers, estaba listo para ver a su equipo enfrentarse a Miami.
Pero antes de que comenzara el juego, dice, un grupo de fanáticos borrachos de los Dolphins comenzó a hostigar y maldecir a su familia. Durante el primer cuarto, O’Brien caminó hasta el final de la sección y habló con un guardia de seguridad, pero el oficial se negó a intervenir.
O’Brien dice que los fanáticos borrachos continuaron amenazando e insultando a su familia mientras el juego continuaba. En el medio tiempo y de nuevo al comienzo del cuarto periodo, O’Brien habló con la seguridad, pero dice que sus quejas fueron ignoradas. Finalmente, con dos minutos restantes en el juego, dice, los fanáticos lo atacaron físicamente a él y a su familia.
La semana pasada, O’Brien presentó una demanda contra los propietarios del estadio y los Dolphins por seguridad negligente.
“Cuando la NFLy los Miami Dolphins tienen un código de conducta que esperan que sus seguidores sigan … creo que el fan y su familia esperarán que se tomen medidas para hacer cumplir el código de conducta” el abogado de O’Brien, Tom Jerla, dice. “En este caso, ignoraron tres solicitudes”.
Después de que O’Brien fue rechazado por la seguridad, dice, dos hombres más tarde identificados en un informe de la policía de Miami-Dade cuando Noel García padre y Noel García Jr. golpearon a su hija adulta en la parte posterior de la cabeza. Según el informe, el novio de la hija de O’Brien los confrontó y luego recibió un puñetazo y una botella de cerveza en la cara. Cuando O’Brien trató de intervenir, dice, Garcias le dio un puñetazo tan fuerte que lo tiraron al suelo.
La demanda de O’Brien dice que los García estaban claramente intoxicados y gritaban injurias raciales contra judíos y musulmanes además de los insultos contra su familia. La demanda acusa al estadio de no tener procedimientos para evitar el exceso de alcohol a los invitados o para disciplinar a fanáticos ruidosos por romper el código de conducta, que prohíbe el lenguaje grosero y abusivo.
Fuente:Miami Diario.