(Miaminews24).-Más que el lujo, a Antonio Gebran Frangie le hechizaban los autos de colección excéntricos, de las marcas más famosas. Por eso, la tarde del 9 de octubre de 2012, los oficiales de la Guardia Nacional de Venezuela quedaron asombrados al llegar a su residencia, en la occidental ciudad de Barquisimeto, y encontrar la alta gama de vehículos que guardaba este empresario venezolano.
Ese día Gebran Frangie fue acusado por el general Néstor Reverol, director de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), de cooperar y manejar parte del botín del poderoso capo colombiano Daniel Barrera Barrera, alias “Loco Barrera”, deTenido en septiembre de 2012 en Venezuela y extraditado al año siguiente a Colombia, y de allí a Estados Unidos.
El empresario tiene en Venezuela una orden de arresto en curso desde 2012, tras haber sido acusado por el Ministerio Público de ser uno de los testaferros del “Loco Barrera”, y “manejar grandes cantidades de dinero y bienes que son producto de las actividades ilícitas”, razón por la cual fueron embargadas sus propiedades.
A los pocos días de este suceso, Tony Gebran −como le llaman sus conocidos− partió hacia EEUU y habría solicitado asilo en la ciudad de Miami. Supuestamente se presentó ante las autoridades como un “perseguido político” del régimen de Hugo Chávez. Pero lo que no les habría dicho a los agentes de inmigración sobre su caso sería el trasfondo que presuntamente lo conect con el lado más oscuro del régimen bolivariano y la mafia.
Las pruebas existentes sobre las actividades del comerciante de origen árabe les habrían permitido a fiscales estadounidenses atar cabos sobre cómo varios traficantes de droga, entre ellos el “Loco Barrera” y el narco venezolano Walid Makled, pudieron lavar grandes fortunas desde Venezuela, mediante alianzas personales con empresarios establecidos en el país sudamericano, Panamá, Andorra, República Dominicana, China y algunas islas paraísos fiscales, reveló una investigación de DIARIO LAS AMÉRICAS.
Agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y fiscales de Miami estarían investigando los vínculos que Gebran pudo haber tenido con el exvicepresidente de Venezuela Tareck el Aissami y con uno de sus testaferros, el empresario Samark López Bello.
Estos nexos se remontarían a mucho antes de que el actual número dos del régimen venezolano fuera ministro del Interior (2008-2012) y luego gobernador del estado Aragua (2012-2017) en la región central del país.
En enero de 2017, el Departamento del Tesoro sancionó a El Aissami por “brindar asistencia para el tráfico de drogas” en conexión con poderosos capos internacionales, entre ellos el “Loco Barrera”. López Bello también entró en esa lista como “testaferro” del vicepresidente.
Durante décadas, “Loco Barrera” fabricó cientos de toneladas de cocaína en Colombia y las transportó a varias partes del mundo, incluido EEUU lanque decenas de millones de dólares en ganancias de esa actividad, en alianza con las guerrillas colombianas. Luego de su detención en Venezuela, su imperio comenzó a desmoronarse y es mucho lo que habría dado a conocer a los fiscales estadounidenses.
El Señor de los Carros
Según los registros del estado de la Florida, antes de su estancia en Miami, Gebran se asoció con empresarios venezolanos, y constituyó al menos media docena de compañías de diversos ramos.
Algunas de estas empresas, operativas o no, están bajo su propiedad o en sociedades con familiares y amigos cuyos nombres suenan en los registros de la causa en Venezuela. En EEUU los fiscales ya estarían manejando el caso.
Precisamente, el nombre de uno de los asociados figura en el expediente abierto en Venezuela y, aunque Gebran ha negado todo tipo de vínculo, los registros federales y comerciales de Florida exponen nexos financieros con el “Loco Barrera”.
Los alegatos en contra de Gebran −a los que este diario accedió y cuyas fuentes se reserva− señalan que se convirtió en importador de vehículos de lujo, los cuales facilitaba a sus contactos para blanquear dinero y obtener favores.
Los fiscales de Miami poseerían pruebas y testimonios según los cuales Gebran habría movido enormes cantidades de dinero a través de diferentes compañías, bancos y “holdings”, usando a López Bello para llevar a cabo varias operaciones. Una de las empresas clave sería Yakima Oil Company, establecida en Panamá y el Reino Unido y que fue sancionada por el Departamento del Tesoro en 2017.
“En los registros de Yakima Oil Company no figura Gebran, aunque para las operaciones no fue necesario aparecer en ellas, ya que se usaron otras compañías que indirectamente trabajan con las empresas de López, manejando solo dinero en efectivo, que muchas veces era llevado en aviones hasta Venezuela bajo resguardo de Gebran”, indicó uno de los testimonios de una fuente que prefirió el anonimato por seguridad.
“Gebran bajaba el dinero desde EEUU en aviones, ese era uno de sus trabajos”, señaló.
De acuerdo con el mismo relato, cuando el 9 de octubre de 2012 las autoridades venezolanas abrieron el proceso contra Gebran, además de incautarle vehículos de lujo como Mercedes Benz, Hummer, Porsche, Jeep, Camaro y BMW −de los que no pudo declarar legalidad, según la acusación oficial−, durante la inspección encontraron material para falsificar documentos oficiales y armas de fuego de alto calibre.
Entre sellos de una decena de organismos del Estado (Guardia Nacional, cuerpos policiales, aduanas, oficina de impuestos, puertos), lo que más inquietó a las autoridades de Venezuela fue la posesión de membretes de diversos consulados venezolanos en EEUU, entre ellos el de Miami, cerrado en enero de 2012 por orden de Chávez.
Este último elemento, además de otras graves denuncias y pruebas, se habría sumado a las faltas cometidas por Gebran por las que los fiscales estadounidenses podrían actuar aplicando su autoridad. Los registros públicos muestran que aún no hay una causa formal abierta.
En un primer contacto de este diario para conocer sus impresiones sobre la investigación, Gebran negó los señalamientos en su contra y los vinculó a una campaña de sus enemigos: “Yo no conozco a Tareck El Aissami. No conozco al Loco Barrera, ni tengo aviones”. No respondió a posteriores llamadas y mensajes para profundizar en algunos temas.
Talón de Aquiles
El principal dictamen de la justicia venezolana contra Gebran fue que, junto a su socio, Rodolfo Raschid Velasco Kassem, facilitó uno de sus dos supuestos aviones privados a Germán Arenas Rodríguez y su esposa −acusados también de ser testaferros del “Loco Barrera”− para huir de las autoridades.
En el caso particular de Arenas, el Ministerio Público venezolano aún no ha presentado acto conclusivo de su caso. Sigue siendo un imputado o señalado de haber cometido delito, pero, por motivos de salud, le brindaron una medida humanitaria de libertad bajo presentación.
Después de una defensa, supuestamente financiada por Gebran para limpiar su nombre, en la que argumentó que fue acusado sin pruebas concretas, durante los últimos años surgieron recursos judiciales, entrevistas y artículos de prensa que buscaban presentarlo como un perseguido político del chavismo.
A Velasco Kassem la policía venezolana lo detuvo y le dictó privativa de libertad en enero de 2013. Luego de tener casi cuatro años encarcelado, logró libertad condicional, tras un juicio oral y público. Para ese momento Gebran ya se encontraba en EEUU, y en vista de su fuga y las pruebas recabadas, las autoridades venezolanas solicitaron emitir una Circular Roja de Interpol para ordenar su arresto.
Según el expediente de la justicia venezolana, el punto central del caso radica en el uso de una aeronave perteneciente a Gebran, en la cual un testaferro del “Loco Barrera” habría escapado del país.
La oficina antidroga venezolana incautó dos aviones que estaban en el hangar del empresario, dentro del principal aeropuerto que sirve a la ciudad de Barquisimeto, en el noreste de Venezuela. Entre ellas, la utilizada para la fuga del testaferro. En ese momento comienza la historia que deja al descubierto una cadena de misterios sobre Gebran, que terminan acorralándolo.
Las dos aeronaves con registro estadounidense eran un Gates Lear Jet, modelo 25C, matrícula N611CH, propiedad de Gallery Aviation INC, empresa domiciliada en Miami; y un Cessna 421C siglas N25MT, perteneciente a Luxury Auto Sales USA INC, también registrada en esta ciudad.
Ambas compañías, ahora inoperativas, están representadas por el ciudadano venezolanoamericano Nicolás Aular Parra, cuya vinculación con Gebran fue negada a lo largo del proceso judicial en Venezuela. Sin embargo, los registros comerciales en Florida contradicen esta versión.
Desde hace seis años, Aular Parra mantiene vínculos empresariales con la esposa y los padres de Gebran en, al menos, dos compañías, así como con el principal socio de éste, quien también tiene negocios con la familia de Gebran a través de diversas empresas del ramo automotor.
Los registros públicos develan que Aular Parra se relacionó con el principal socio de Gebran en la compañía Luxury Auto Sales, propietaria del avión Cessna incautado, según consta en archivos de la Administración Federal de Aviación (FAA) a los que accedió este diario a través de una petición oficial.
“La estrategia de Gebran y su socio era que, a través de Aular Parra, fueran reclamados los aviones confiscados por Venezuela, y para esto se vinculó al ciudadano venezolanoamericano en la compañía Luxury Auto Sales un año después de lo ocurrido, para así ejercer mayor presión al tratarse de un nacional estadounidense”, relató una fuente que tuvo acceso a los documentos del caso.
Los registros de la aeronave Lear Jet 25C, presúntamente utilizada para la huida de los testaferros, según la acusación venezolana, muestran que el 24 de mayo de 2011, la empresa de servicios Noble Jet, Inc., de Fort Lauderdale presentó una factura por el mantenimiento de este avión de Inverso Gebran C.A, compañía propiedad de Gebran registrada en Barquisimeto, Venezuela.
El costo ascendió a 61,605.34 dólares, una suma que en ese momento no había sido pagada. En este sentido, Gebran, al menos, estuvo a cargo del mantenimiento de uno de los aviones mencionados en el caso.
El Señor de los Cielos
En Miami, los fiscales conocerían que las aeronaves en cuestión eran utilizadas con frecuencia por Gebran y su familia para viajes entre Venezuela y EEUU y que esta sería la razón clave por la que las autoridades antidrogas venezolanas se las confiscaron, al considerarlo un testaferro del “Loco Barrera”.
En 2014, tras un complejo caso relacionado con narcotráfico que salpicó a Gebran, uno de los pilotos que en el pasado había conducido aviones para él, fue detenido y enjuiciado en EEUU. Sus alegatos podrían dar fe sobre el uso y propiedad de los aviones al servicio del empresario.
El misterio en torno a los bimotores creció el 25 de agosto de 2015, cuando la FAA recibió una petición para el cambio de registro del avión Gates Lear Jet (usado para la supuesta huida de los testaferros), el cual pasó de estar bajo control de Gallery Aviation Inc. al dominio del fideicomisario Solomon Mark Trustee, en Delaware.
Estados como Delaware requieren poca información sobre miembros de las corporaciones y ofrecen mayor privacidad con beneficios fiscales. Sin embargo, en la División de Corporaciones de Delaware, algunos registros son públicos. En este caso, la búsqueda no arrojó información de Solomon Mark Trustee que coincidiera con los informes de la FAA.
“Gebran y su principal socio en EEUU recurrieron a la figura de un tercero, que terminó siendo socio de ambos, en un esfuerzo orientado a desligar las dos aeronaves incautadas de los hechos relacionados con actividades ilícitas del narcotráfico y eximir así a Gebran de alguna responsabilidad penal”, relató una fuente judicial al tanto del proceso.
A principios de 2011, presuntamente se crearon grupos de empresas en Miami y China para mover y aguantar dinero ilícito, y en una de estas figuraría Gebran.
Latam Technological Solutions LLC, registrada en Miami por Antonio Arvelaiz y con sucursales en Hong Kong, habría movilizado importantes cantidades de dinero ilegal. Luego, bajo los nombres de este empresario y Gebran habría surgido una compañía proveedora de piezas para perforación petrolera, domiciliada en China, presuntamente usada para lavar dinero de fraudulentos contratos con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Arvelaiz Idler, un empresario venezolano acusado de estafa y condenado en EEUU, tendría relación directa en negocios con algunos de los implicados en las investigaciones contra El Aissami, Gebran, y testaferros del chavismo.
Como empresario lácteo, Arvelaiz fue hostigado por el régimen de Chávez tras oponerse a sus políticas estatistas en el sector agrícola y a las expropiaciones. El caso que resonó en la prensa venezolana.
En 2011, la vivienda y vehículo de Arvelaiz fueron baleados por desconocidos. Tras partir a EEUU con su familia para asilarse, fue detenido tres años más tarde por un caso de estafa. Desde hace algún tiempo estaría colaborando con las autoridades.
Negocios en la sombra
El eje de los negocios de Gebran entre Venezuela y EEUU sería la importación de vehículos de alta gama, los cuales eran introducidos y pagados en dólares dentro del país sudamericano, a pesar del férreo control de cambio que rige allí.
Desde hace tres años, Gebran está en el radar de un grupo de investigadores de lavado de dinero en Venezuela, quienes obtuvieron evidencias de sus operaciones y contactos.
Sobre esta enrevesada tarea de importaciones desde Miami, los fiscales estadounidenses tendrían conocimiento de la relación entre Gebran y Luis Alfredo Véliz, un exfuncionario del Consulado de Venezuela en Miami, quien estaría en el ojo de las investigaciones por una serie de fraudes denunciados en su contra.
Véliz, un miembro del Ejército venezolano que asistió como colaborador del entonces cónsul general de Venezuela en Miami, Antonio Hernández Burgo, “facilitó desde la legación diplomática el envío de vehículos de dudosa procedencia a Venezuela disfrazados dentro de equipajes, siendo Gebran el beneficiario”, indicó uno de los testimonios.
Las operaciones ilícitas en torno a Gebran en la importación de carros fueron confirmadas por las autoridades venezolanas cuando se formalizó el expediente para emitir la Circular Roja de Interpol que ordenó su arresto “por cuanto se determinó (…) que está involucrado en la importación de vehículos de dudosa procedencia”, señaló el documento judicial.
Un lote de estos autos de lujo fue incautado en el marco de la causa penal que se le siguió en Venezuela al empresario. A cambio de estos negocios “Véliz recibía jugosas comisiones tomando parte en la venta de los vehículos”, citó una de las fuentes.
Concesionarios de yates y vehículos de lujo en distintos puntos de Miami habrían sido utilizados para la compra de, al menos, una docena de vehículos, según informes del caso. Las adquisiciones incluyeron BMW, Porsche, Range Rover, Ferrari, Audi, así como barcos que fueron pagados con dinero en efectivo para exportarlos luego a Venezuela.
“En estas operaciones el señor Véliz facilitó los envíos con actos fraudulentos a través del consulado venezolano en Miami”, señaló uno de los testimonios.
Poder de los mafiosos
Las acusaciones contra El Aissami tomaron impulso en EEUU a medida que fiscales en Miami y Nueva York hallaron relaciones, directas o indirectas, con otros casos de narcotráfico que salpican al dirigente chavista.
La DEA declinó comentar sobre el caso de Gebran, pero haciendo referencia al capo colombiano “Loco Barrera”, quien tuvo nexos con El Aissami, según el Departamento del Tesoro, “su captura y condena a 35 años de cárcel fue un paso en la dirección correcta”, declaró Melvin Paterson, portavoz de la agencia antinarcóticos.
Sobre quienes colaboraron con el imperio de Barrera, Paterson sostuvo que “nuestra misión es luchar contra las organizaciones delictivas y los principales miembros que la conforman, [que están] involucrados en el cultivo, la fabricación o distribución de drogas (…) y por eso los haremos llegar hasta la justicia”.
David S. Weinstein, un prominente exfiscal federal adjunto para el Distrito Sur de Florida, explicó que “el hecho de que los criminales no sepan que están trabajando para el [entonces] vicepresidente, no los exime de responsabilidad. Por la forma en que la organización ha sido levantada, generalmente no significa que todas las partes estén conectadas entre ellas”.
“De hecho −agregó−, estas organizaciones están muy fragmentadas. Es lo habitual, y no sugiero que sea la verdadera razón en esta historia, pero en lo más alto de la organización, como algo atípico, los de más alto rango no saben con quién hablan, quién está en lo más bajo. No saben quién maneja o controla las cosas”.
Weinstein fue jefe de la Sección de Narcóticos del Condado Miami-Dade y su experiencia le ha mostrado que casos como el de Gebran resultan “típicos porque nadie sabe al final quién es el jefe máximo”.
Mientras la supuesta solicitud de asilo de Gebran transcurre, tomando en cuenta el historial del caso, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) declinó comentar sobre estos hechos “para así no comprometer ningún elemento de caso alguno entre un solicitante de asilo y el Gobierno estadounidense”, declaró Ana Santiago, vocera de esta oficina.
Figuras de la oposición venezolana vienen denunciando cómo en los últimos años decenas de jerarcas del chavismo, así como sus testaferros, se han refugiado en EEUU bajo el manto de ser supuestos inversionistas o exiliados que escapan del régimen de Venezuela.
De acuerdo con cifras de USCIS, durante el primer trimestre de 2018 unos 7.610 venezolanos solicitaron asilo político en EEUU y es el grupo que lidera la lista de peticiones en lo que va de año. Desgranar quiénes son los honestos o no es una tarea compleja.
Fuente:DLA