(MiamiNews24).-El puertorriqueño Chayanne, aclamado en todo el mundo por temas como «Provócame», «Dejaría todo», «Salomé» o su más reciente éxito de género urbano, «Choka Choka», junto a Ozuna, cumple 50 años con la misma desbordante vitalidad con la que empezó en la música hace cuatro décadas.
Tantos años cumple como millones de discos ha vendido este artista de encantadora sonrisa y cadenciosos bailes, especializado en baladas románticas y ritmos latinos, algo que el artista siempre ha llevado a gala.
«El amor es lo que nos mueve; aunque para algunos es cursi, todavía yo sigo mandando flores», dijo hace cuatro años el artista en una conferencia de prensa en México en la que también reveló que su secreto para mantener su vitalidad es pensar en positivo, hacer ejercicio y comer sano.
Sencillo y familiar, está casado desde 1992 con la abogada venezolana Marilisa Maronesse, con la que tiene dos hijos, y considera que su éxito se debe precisamente al equilibrio entre su carrera musical y su vida familiar.
Y lo dice un cantante que lleva desde los 10 años trabajando sin parar. Primero en el grupo Los Chicos -que tuvo mucho éxito en Puerto Rico, Centroamérica y México- y a partir de los 17 en solitario, combinando la música con la interpretación, principalmente en telenovelas, pero también en el cine.
Una vocación artística precoz que llevó a su madre a apodarle Chayanne por el protagonista de una popular serie de los años cincuenta, «Cheyenne».
Tanto caló el nombre que ya pocos se acuerdan de que en realidad fue bautizado como Elmer Figueroa Arce cuando nació en 1968 en San Lorenzo, un municipio de la zona oriental-central de la isla.
Como Chayanne comenzó con Los Chicos y su primer disco en solitario, lanzado en 1983, se tituló «Chayanne es mi nombre», con el que ya dejó claro el estilo romántico y de baile que caracterizaría su carrera.
Su éxito le llevó a debutar como actor en la telenovela mexicana «Pobre juventud», a la que siguió «Tormento», donde coincidió con el colombiano Carlos Vives.
Esa sería la constante de su carrera, los viajes de ida y vuelta entre la música y la actuación, aunque su éxito internacional lo obtuvo como cantante.
Dos de las canciones más emblemáticas de sus inicios -«Fiesta en América» y «Peligro de amor»- llegaron en su tercer álbum, «Chayanne 87», pero sería con su siguiente trabajo, «Chayanne II» con el que lograría su primera nominación al Grammy Latino.
Desde entonces fue encadenando canciones de éxito como «Completamente enamorados», «El centro de mi corazón», «Volver a nacer», «Dejaría todo», «Salomé», «Torero», «Boom boom», «Un siglo sin ti» o «Cuidarte el alma».
Siguió compaginando la grabación de los discos y las giras con su participación en telenovelas o en películas como «Linda Sara» (1994), junto a Dayanara Torres, o «Baila conmigo» («Dance with me», 1998), con Vanessa Williams.
A lo largo de su carrera ha colaborado con artistas como José Luis Rodríguez ‘El Puma’, Rocío Jurado, Jennifer López o Tony Bennet y en 2012 se unió en una gira de conciertos junto a Marc Anthony y Alejandro Fernández.
Y el año pasado, por primera vez en su carrera, Chayanne experimentó con el género urbano, con los temas «¿Qué me has hecho», en colaboración con Wisin, y «Choka Choka» junto a Ozuna, lo que supuso un cambio total de estilo.
«De los 10 años estoy frente al público bailando y cantando», subrayó. «Lo vengo haciendo desde ‘Fiesta en América’, ‘Ese ritmo se baila así’, ‘Salomé’, ‘Torero’, ‘Provócame’ y muchas otras. He hecho combinaciones con la música bailable y el acercarme a la música urbana fue lo más natural», dijo Chayanne en una entrevista con Efe.
Un cantante que ha mostrado además un lado muy solidario, con colaboraciones continuas con la Cruz Roja de Puerto Rico, o participando en la organización de un concierto solidario para ayudar a las víctimas del huracán María y de los terremotos de México.
Esta faceta solidaria se puede ver en su Instagram, donde sus más de cuatro millones de seguidores aplauden sus iniciativas para fomentar la donación de sangre tanto como sus discos o conciertos. Tanta actividad que le ha hecho soñar más de una vez con que el día tenga 48 horas. «Quizá sería mejor tener un clon que trabaje y otro que viva la vida», aseguró a Efe sin perder su eterna sonrisa.
Fuente:Diario Las Américas.