(Miaminews24).- Envíenlo a las Menores. Allí solucionará sus problemas y cuando los resuelva, que retorne entonces…eso parece decir la voz popular en torno a Lewis Brinson, el aclamado prospecto que atraviesa un prolongado momento de debilidad. Los Marlins saben que esto es lo que piensan varios periodistas y decenas de aficionados.
Pero la solución no es tan fácil como esas frases de acción. Mandar a Brinson -quien pegó un sencillo y cometió un tremendo error en la derrota 9-5 el martes ante los Padres en San Diego- a las Menores podría desajustar más todavía al chico de la Florida. El ha visto el pitcheo en Doble A, Triple A y ha triunfado sobre él.
Un descenso dentro de la franquicia también constituiría un descenso en la calidad de pitcheo que vería Brinson, de ahí que los peces le estén dando todas las oportunidades posibles en el equipo grande, con toda la paciencia posible y todas las plegarias posibles para evitar una catástrofe como la de otro súper prospecto.
¿Recuerdan a Jeremy Hermida? Yo no he olvidado aquel debut en que disparó un Grand Slam en su primer turno. Un scout había anotado en una hoja de evaluación que el chico poseía el swing más lindo y compacto que sus ojos habían visto.
El proyecto Hermida nunca despegó. No fue a ninguna parte, aunque el muchacho pasó por varios clubes antes de terminar sus días en la liga profesional japonesa hasta perderse sin penas ni glorias. Los Marlins deben saber, lo antes posible, si Brinson pertenece a esta categoría o puede alcanzar un nivel superior.
Brinson amaneció este miércoles con una línea ofensiva de .157/.200/.265 la peor -en los últimos siete encuentros batea para .091- para cualquier pelotero del equipo que no sea lanzador, posee el doble de ponches (63) que imparables (29) y se embasado por la vía del pasaporte en solo ocho ocasiones.
Si Miami, que cuenta con dos coaches de bateo dedicados a enmendar los errores de Brinson en el nivel principal, no puede sacarlo de este pronunciado letargo, difícilmente puedan hacerlo en las Menores ante un pitcheo de menor calidad y en una cantidad reducida de juegos.
Este no es un caso de indisciplina que necesita un paseo de recordación de la ética de trabajo, ni un lanzador que necesita varias sesiones de bullpen para superar escollos insalvables en medio de una faena, sino de alguien que necesita batear y batear, como uno de esos tiradores de la NBA que requiere disparar y disparar hasta encontrar el aro.
A Miami no le queda otro remedio que hacer todo lo posible por encaminar el proyecto Brinson, porque fue la pieza clave en el canje por Christian Yelich y porque se vendió como un ancla fundamental para asegurar el futuro de la organización. Y aclaro que la culpa no fue elegirlo a él, que era considerado uno de los mejores prospectos por Baseball América. El error estará en no saberlo rescatar.
De modo que en algún momento los que toman decisiones en los Marlins deberán mirarse a la cara y preguntarse si esta es una nueva versión de Jeremy Hermida o todavía queda esperanza para alguien como Brinson.
Hey, al menos Hermida tuvo su momento en las Mayores con aquel Grand Slam, Brinson aún anda buscando el suyo.
Con información de ENH.
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