(Miaminews24).- Verónica. La del apellido que no todos saben pronunciar. La que por poquito se corona miss Venezuela en 1998. Aquella que siendo una “mansa paloma” y terminó convertida en la asesina de “La viuda joven”, está de vuelta a la televisión.
Y lo hace de la mano de Telemundo, cadena estadounidense que le da la oportunidad de reencontrarse con una de sus grandes pasiones: la actuación, luego de un receso bastante justificado; la maternidad.
Schneider, uno de los rostros más hermosos de la farándula, forma parte del elenco de Mi familia perfecta, telenovela en la que la representante criolla en el Miss Mundo 98 interpreta a Alma, una mujer cuya dureza, parece no tener nada que ver con la dulzura que deja colar a través de la línea telefónica en conversación, desde Miami, con PANORAMA.
—Después de “La viuda joven” desapareció del espectáculo. ¿A qué se debió esa retirada?
En realidad fue una decisión familiar. Me retiré para dedicarme a mi familia, para tener a mi segundo bebé. Y bueno, luego vino el tema de emigrar. Por el trabajo de mi esposo (el modelo Enrique Palacios) siempre estábamos viajando, teniendo Venezuela como hogar. Sin embargo decidimos instalarnos en Miami hace cuatro años.
— ¿Llegó a sentir que perdió tiempo de su carrera profesional?
No. Y te lo digo con toda honestidad porque la vida me sonrió al darme un esposo amoroso, un hombre del que estoy enamorada, me dio dos hijos bellísimos… Por eso no me arrepiento de haberme retirado, ni del tiempo que estuve lejos de la pantalla. Lo hice para dedicarme 100% a ellos. De hecho, creo que no me he perdido ninguna etapa de ellos. Eso me dio mucha satisfacción. Me lo disfruté al máximo.
— ¿Y no tenía la inquietud de volver?
Pues claro. Cuando una actriz está retirada siempre se le despierta ese gusanito de la actuación, siempre quieres. Cada vez que veía una serie buenísima decía: ‘¡Qué sabroso debe ser trabajar ahí! Me encanta tal personaje, me identifico’. Y es que uno nunca deja de lado la pasión por el arte. Eso es parte de mí. La actuación está en mi ADN, fíjate que yo conozco a alguien y lo que hago es analizar el personaje.
— ¿En qué momento se decidió entonces a regresar?
En el momento en que me di cuenta que ya mis hijos estaban en el colegio y yo tenía la necesidad de hacer algo. Hice cursos de doblaje y de cualquier cosa vinculada al medio. Pero en el fondo lo que quería era trabajar. Y tenía mucho temor, es normal cuando uno se retira del trabajo por cierto tiempo. Lo mismo me pasó con ‘La viuda joven’ porque llevaba cinco años alejada de la pantalla. Pensaba que no me iban a tomar en cuenta. En Miami el medio es muy difícil porque no hay tantas producciones y yo escuchaba cada cuento de mis compañeros. Eso me daba pánico. Cuando tomé la decisión de volver se abrió la oportunidad de hacer un casting, ubiqué a un mánager y me reencontré con mucha gente querida, que no tenía ni idea de que estaban aquí. Imagínate que me topé con camarógrafos y técnicos con los que trabajé en Venevisión, RCTV y hasta en Perú.
—Entro al elenco de “Mi familia perfecta”. ¿Qué rol tiene en la novela?
Interpreto a Alma. Ella es una trabajadora social que es muy cercana a la protagonista. Nosotras somos amigas, pero von visiones muy distintas de la vida, pese a que tenemos el mismo trabajo. Alma es una mujer muy correcta, tanto que no se sale del esquema. Es sumamente cuadrada, no tiene medias tintas. Y llega a confrontarse con mucha gente. No soy policía, pero vengo a hacer cumplir la ley. Es un poco como lo que se sufre en este país. Aquí es muy difícil el tema de las leyes porque no son tan humanas y justas. Son tal cual y las excepciones no existen. Si rompiste las reglas tienes que pagar las consecuencias.
— Cumple 20 años de haber sido miss World Venezuela, en medio del escándalo de las misses. ¿Qué opina de toda esta polémica en la que se habla de prostitución en el concurso?
Eso me entristeció mucho porque el concurso nos ha llenado de orgullo a los venezolanos y no puede ser que también lo destruyan. Yo no puedo hablar de lo que ha ocurrido en los últimos 20 años. Puedo hablar de lo que pasó en mi época, o de lo que viví. Creo que personas ambiciosas, sin moral, han estado alrededor del Miss Venezuela toda la vida. Pero eso no quiere decir que el certamen sea eso que están proyectando. Para mí el Miss Venezuela ha sido una de las experiencias más lindas de mi vida. Yo viví, inclusive, en casa de Gisselle, para poder adelgazar. Lo único malo que tengo que hablar es que pasé mucha hambre (risas) porque Gisselle no me dejaba comer nada que no fuese carbohidrato.
— Señalan, juzgan, se habla de patrocinantes… En su caso, ¿quién fue su patrocinante?
Nada que ver. Mi patrocinante fue mi tía Rosita Rodríguez, quien me regaló el traje de baño y los tacones para el casting porque yo no los podía comprar. Y cuando tuve mi primer sueldo lo primero que hice fue pagarle a ella.
— ¿Le afectó tanta crítica?
No. Y es que cada persona tiene su propia conciencia con la que tiene que lidiar. Creo que eso no pasa solo en el Miss Venezuela, sino en todos los ámbitos profesionales. Lo que quiero resaltar es que como venezolanos no debemos dañar nuestra propia imagen. Nunca se puede generalizar. No podemos decir que todas son unas santas, pero decir que todas son unas perdidas es un absurdo. La vida de cada quien habla por sí sola.
Con información de PNR.
Miaminews24.