Muere Posada Carriles, el espía de la CIA que intentó matar a Fidel

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(Miaminews24).- El anticastrista cubano Luis Posada Carriles, uno de los más radicales enemigos del régimen cubano y exagente de la CIA, ha muerto de cáncer ayer en el Memorial Regional Hospital de Hollywood (Florida) a los 90 años. Figura de extrema controversia, héroe para el núcleo duro del anticastrismo de Miami y monstruo para sus antagonistas de La Habana –lo calificaron como el “Bin Laden de América”–, Posada Carriles encarnó en su oscura trayectoria la violenta división política entre cubanos de ambas orillas.

Nacido en Cienfuegos (Cuba) en 1928, Posada Carriles falleció alrededor de las cinco de la mañana (hora local) según su abogado, Arturo Hernández. Superviviente de un cáncer de garganta, atentados y un derrame cerebral, su salud se había deteriorado más tras sufrir varias fracturas de huesos en un accidente de coche en 2015. Tenía dos hijos con los que no mantenía relaciones cercanas.

Participó en la frustrada invasión de Bahía de Cochinos en 1961 y su obsesión permanente fue lograr cometer el asesinato de Fidel Castro. Al fallecer Castro en noviembre de 2016 Posada Carriles, pese a encontrarse ya en mal estado, acudió al restaurante Versailles de Miami, centro de reunión del anticastrismo, para celebrar la noticia y comentó a la prensa que lamentaba que su muerte llegara “tan tarde”. “Es una muerte injusta, con los mejores médicos y las mejores medicinas. Eso no era lo que debía ocurrirle”, dijo.

En el año 2000, Fidel Castro, que se refería muy a menudo a él, como un espantajo, denunció un plan para asesinarlo en Panamá, donde asistía a una Cumbre Iberoamericana. Posada Carriles fue detenido por ese motivo en el país centroamericano, aunque la entonces presidenta, Mireya Moscoso, lo indultó antes de dejar el mando, tras lo cual viajó a El Salvador y de ahí entró a Estados Unidos en 2005 de manera ilegal, por lo que debió enfrentarse a la justicia de este país. Hombre cercano al líder anticastrista Jorge Mas Canosa (1939-1997), a Posada Carriles se le ha acusado de organizar una serie de atentados con bomba en 1997 en hoteles de La Habana y del atentado con explosivos contra un avión de Cubana de Aviación en 1976 en el que murieron 73 personas. En una entrevista con The New York Times en 1998 reconoció que estuvo involucrado en los bombazos del 97 –murió un turista italiano– pero luego se retractó. “No queríamos lastimar a nadie”, había dicho al periódico estadounidense. “Solo queríamos hacer un gran escándalo para que los turistas ya no vengan. No queremos más inversión extranjera en Cuba”.

Con respecto a la voladura del avión siempre dijo que no tuvo relación. Cuba y Venezuela consideran a Posada Carriles el autor intelectual de ese atentado y han intentado capturarlo para juzgarlo por terrorismo. Posada Carriles llegó a estar preso en Venezuela por la voladura del avión pero en 1985 se fugó de la prisión, disfrazado y con un documento falso. Para la CIA trabajó como agente durante la década de los sesenta y posteriormente fue informante. Documentos desclasificados de la agencia indican que Posada Carriles tuvo, al menos, conocimiento de los planes del atentado del avión.

Fue absuelto en 2011 de 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento por un tribunal de migración de Texas y desde entonces vivía retirado en Miami. Según documentos desclasificados del Departamento de Estado, Posada Carriles fue un informante pagado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), por lo cual viajó por distintos países latinoamericanos en los cuales trabajó contra los movimientos comunistas y de izquierda. Con Posada Carriles se cierra una leyenda negra de la historia del exilio de Miami. “Un gran luchador por la democracia y las libertades”, decía por teléfono esta mañana Pedro Ladislao Guerra, establecido en Miami tras dos décadas preso político en Cuba. “Le llaman terrorista pero lo que él hizo estuvo presente en toda la historia de la lucha política en nuestro país. ¿No sería entonces un movimiento terrorista el que lideró Fidel Castro contra Batista?”. La periodista cubana Ivette Leyva, radicada también en Miami, opinaba: “Obviamente fue un terrorista y un hombre de un tiempo en el que se consideraba que cualquier método valía para derrocar a Fidel Castro. Fue fiel a la filosofía de la violencia política hasta el final de sus fuerzas”.

Con información de LR.

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