(Miaminews24).- El precio del petróleo acumula una subida del 27% desde los mínimos marcados este año. El barril de tipo Brent, de referencia en Europa, se mueve cerca de los 80 dólares, un nivel que empieza a ser dañino para la economía. En estos niveles, el perjuicio para los consumidores ya supera al beneficio de los productores, lo que supone un efecto negativo neto sobre la economía mundial y sobre todo para los países que son importadores netos. Sin embargo, el lastre para la actividad mundial será inferior al del pasado, por lo que hay que tomar con cautela la correlación mostrada desde los 70 entre las subidas del petróleo y la llegada de una recesión. Hoy, el petróleo no es tan relevante en la economía.
El daño es inferior al de épocas pasadas porque ahora la producción de crudo está más repartida, mientras que la economía necesita menos petróleo para producir bienes y servicios. La diversificación en el uso de fuentes de energía ha reducido la relación entre los precios del petróleo y el crecimiento económico. Según datos de UBS, la economía mundial necesita un 7% menos de petróleo para producir lo mismo en que 2007.
Desde el banco suizo analizan un escenario en el que el petróleo podría alcanzar los 100 dólares, que no resulta descabellado atendiendo a las tensiones geopolíticas, a una demanda más robusta, los recortes aún presentes de la OPEP, la debacle de la producción en Venezuela y las sanciones de EEUU a Irán. Hasta la AIE ha pedido una intervención de los países productores para compensar estas interrupciones y evitar un shock del petróleo.
Menos crecimiento y más inflación
«Estimamos que si el petróleo llega a los 100 dólares podría restar 16 puntos básicos al crecimiento global en 2019», aseguran desde UBS. Por otro lado, la inflación mundial pasaría a situarse en el 4% frente al 3,1% previsto, mientras que en los países desarrollados se establecería en el 3% frente al 2-2,5% esperado.
En el caso concreto de la Eurozona, si el crudo Brent alcanza los 100 dólares por barril el crecimiento económico para 2019 caerá unos 20 puntos básicos hasta el 1,8% anual frente al 2% estimado en el escenario base (petróleo en unos 70 dólares). Si por el contrario el crudo cayese a 50 dólares, los economistas de UBS creen que el PIB crecería un 2,10%, diez puntos básicos más de lo pronosticado.
En lo que se refiere a los precios, si «el barril alcanza los 100 dólares, el IPC armonizado alcanzaría el 2,4% unos pocos meses después y probablemente el Banco Central Europeo comenzaría a normalizar su política monetaria tres meses antes de lo actualmente previsto». La normalización se refiere a las primeras subidas de tipos que se esperan para mediados de 2019.
El petróleo da menos miedo
«Un factor que hay que tener en cuenta es la menor intensidad en petróleo de la economía. El mundo es ahora más eficiente que en las décadas previas y necesitamos menos inputs de energía para producir una unidad de PIB», señalan desde UBS. Esto supone que los movimientos del crudo tendrán un efecto más reducido sobre la actividad económica.
Por otro lado, la producción de petróleo a día de hoy se encuentra más repartida en el mundo y sobre todo más repartida respecto al PIB mundial. EEUU, China y Rusia se encuentran entre los grandes productores de crudo, entre los tres producen alrededor del 30% de todo el petróleo del mundo, mientras que sus tres economías en paridad de poder adquisitivo suponen alrededor del 37% del PIB mundial.
En el pasado, cuando la gran mayoría del petróleo procedía de Oriente Medio, un fuerte aumento de los precios del oro negro beneficiaba a una porción muy pequeña del mundo (alrededor del 5% del PIB mundial) y perjudicaba a una parte muy grande. Ahora una subida del crudo favorece a muchos sectores de grandes economía y así contrarresta parte del efecto negativo sobre los consumidores.
Este nuevo escenario ha modificado el efecto que tiene el petróleo en la economía mundial y le ha otorgado una forma de campana, explican los economistas de UBS. Si el petróleo cae a niveles excesivamente bajos (por debajo de los 50 dólares), el impacto neto en la economía mundial es incluso negativo. Si el crudo sube demasiado el efecto también será nocivo para la economía, «ahora que el crudo se está acercando a los 100 dólares el impacto neto está empezando a ser negativo». El punto perfecto que favorece a productores y a consumidores se encuentra en algún lugar entre los 50 y los 70 dólares por barril, según UBS. Esa es la zona dulce en la que el crudo aporta a productores sin reducir la demanda de los consumidores.
Por último, si se analizan los precios del petróleo en dólares constantes (descontando la inflación) los 80 dólares que vale el barril de petróleo Brent hoy equivalen a 67 dólares. Además, si se hace en dólares constantes, la subida del crudo en términos porcentuales respecto al último año se queda muy lejos de las grandes subidas de los 70 o principios de los 2000. Un crudo a 100 dólares no sería positivo, pero tampoco sería catastrófico como lo hubiera sido en el pasado.
Con información de EE.
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