(Miaminews24).- Lo que no han hecho los golpes casi lo hace la emoción. Llega un momento en la entrevista en que Antonio Tarver (31-6-1, 22 KO) está a punto de quebrarse, de dejar correr sus lágrimas cuando repasa su carrera y los motivos para continuar en el cuadrilátero, a pesar de sus 49 años.
Varias veces campeón del mundo, miembro del equipo olímpico, analista de televisión y actor -en la saga Rocky-, Tarver debiera estar cómodamente instalado en el retiro, pero prefiere levantarse cada mañana para someterse a duros entrenamientos con el profesor cubano Orlando Cuellar en el Normandy Gym de Miami Beach.
Tarver siente que no se ha sido justo con él, que la historia del boxeo en general no ha tratado con delicadeza su historia personal y por eso este 10 de junio vuelve al ring por primera vez desde el 2015 para medirse a Travis Kauffman.
Su meta, ser campeón pesado cueste lo que cueste. Su objetivo final, el reconocimiento que, afirma, le ha dado de lado.
Son 49 años, ¿qué significa seguir en el boxeo?
«Mucho, he tenido grandes períodos de inactividad, años perdidos. A mi edad, creo que me quedan cosas por hacer, que mi carrera está incompleta. Quiero volver al ring para demostrarle a la gente que tengo lo necesario, que estoy en mejor forma que nunca. De cierto modo, esos tiempos sin pelear le permitieron a mi cuerpo recuperarse».
¿Carrera incompleta? Fuiste olímpico, varias veces campeón, comentaristas de boxeo, actor de Hollywood, ¿qué falta?
«Tengo ese impulso de hacer cada vez más, siempre más. Gané el título crucero, fui a Australia para noquear a Danny Green, vencí a Roy Jones Jr. Creo que este deporte ha pasado por alto la más grande historia nunca contada, mi historia, una historia nacida de la nada. Me construí a mí mismo. Me duele ver como el boxeo me ha valorado y le he dado mi vida a este deporte. Y quiero dejarles saber que se han equivocado conmigo, que siempre se han equivocado conmigo. Soy un campeón real».
¿La fuerza ahora es más física o mental?
«Mental, es un punto fuerte. Me mantengo fuerte, porque nunca he dejado de trabajar con mi entrenador Orlando Cuellar. Cada mañana me levanto, como saludable, entreno, duermo lo necesario. Hago lo mismo que los boxeadores jóvenes, solo que a un ritmo más lento».
¿Qué quisieras que la gente sintiera al verte peleando a tu edad?
«Que todavía tengo esa magia especial, es algo que no puedo explicar. Solo entreno para cuando llegue el momento de la pelea, entonces esa magia se desencadene. No sé que voy a hacer, pero por alguna razón esa magia está dentro de mí. Nadie pensó que iba a noquear a Jonathon Banks, que no podría pelear con Steve Cunningham. Quiero los retos más grandes, porque en una noche cualquiera puedo vencer a quién sea».
¿Entonces sueñas con ser campeón?
«Sí, y son sueños grandes, por eso me levanto cada día. Quiero ganarme la oportunidad de pelear por un título del mundo. No me importa quién esté del otro lado del ring. No importa el nombre. Ellos no estarán peleando solo contra mí, sino contra el destino. Este es mi destino, ser campeón mundial pesado».
¿Cuando esta historia no contada termine, cómo quieres que te recuerden?
«Que lo hice todo de la manera correcta, nunca tomé atajos, trabaje fuerte hasta el cansancio. Que tuve una fe increíble en Dios y en mí. Hubo momentos en que era yo solo en el ring y sobreviví y gané. Cometí errores en el mundo, pero nunca cometí errores en el ring. El ring es mi dominio y lo echo de menos».
Si tuvieras que describir tu carrera con una frase, ¿cuál sería?
«La más grande historia nunca antes contada…la gente no sabe de dónde vengo, lo que tuve que sobrepasar, lo que tuve que sufrir. He estado perdido en el ring, pero nunca derrotado, que es diferente. Mientras no me derroten, tengo una oportunidad».
Con información de ENH.
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