(Miaminews24).- Luego de haber sido desalojados de la calle 71 el pasado sábado, un grupo de convictos por asaltos sexuales a menores acampan en las cercanías de la calle 39 y la avenida 37 del NW, donde los vecinos se oponen al asentamiento.
Acorde a la directora de Información del Condado Miami-Dade, Myriam Márquez, la autoridad condal de fideicomiso para personas sin techo, Homeless Trust, “les ofreció cupones para pagar alquiler en lugares permitidos pero algunos de ellos decidieron acampar en otro lugar”.
La nueva ubicación se encuentra dentro del perímetro adminisitrativo de Miami-Dade, justamente al frente de la línea de demarcación del municipio de Hialeah, y a sólo una manzana del borde la municipalidad de Miami.
Una ley condal, adoptada en el 2005, prohíbe que quienes hayan sido convictos por asaltos sexuales a menores, aun cuando hayan cumplido las penas carcelarias, no podrán residir a 2.500 pies de distancia de escuelas, parques y paradas de autobuses escolares.
“El Condado sólo se encarga de cumplir la ley”, señaló la directora de Información.
De hecho, otra ley condal de Miami-Dade, Sec. 21-286, establece que pernoctar en la vía pública está prohibido y que la persona que viole esta disposición será primero advertido de la infracción y más tarde desalojado por la Policía si es necesario.
No obstante, hay quienes exigen al Condado que, como gestor de la ordenanza que limita dónde vivir y por dónde transitar, debe buscar soluciones para estas personas, “independientemente de las gravísimas faltas que hayan cometido”.
Denuncia
Entre los vecinos del área donde se encuentran los «convictos sexuales» existe malestar por su presencia en este punto del Gran Miami, en donde ya se habrían presentado algunos altercados no confirmados por las autoridades.
Según Isaura Burgos, quien vive desde hace 14 años en un reparto contiguo, su esposo fue supuestamente atacado a golpes por uno de los convictos que se encuentran asentados en ese lugar. «Él solo le reclamó porque se había metido al reparto y le fue para encima a puños. Yo tengo las fotos para que la Policía vea lo que hace».
«Marvin», un electricista que reside en el área desde hace 12 años, afirmó que los «convictos sexuales» no tienen baños y a cualquier hora del día o de la noche entran al reparto en busca de un lugar para hacer sus necesidades fisiológicas.
«Yo tengo una hija, y aquí todos tenemos hijos pequeños. Claro que nos da miedo que ellos estén aquí», afirmó el hombre de origen nicaraguense.