(Miaminews24).- La posición de Miami como centro mundial en el sector de importación y exportación, y puerto de entrada de todo lo ilegal, desde el llamado oro sucio hasta las aves cantoras, la ha convertido en líder de otro rubro dudoso: las aletas de tiburón.
Desde el 2015, Miami ha liderado el país en la cantidad de aletas de tiburón que importa de Hong Kong, probablemente debido a las prohibiciones en otros estados.
Según un estudio de la organización sin fines de lucro Oceana, la cantidad de aletas de tiburón que llegan al Puerto de Miami desde Hong Kong, el centro histórico del comercio de las aletas, bajó entre el 2010 y el 2014. Pero después que California y Nueva York prohibieron la importación en el 2011 y el 2013, respectivamente, los envíos comenzaron a aumentar.
«Cuando un lugar prohíbe la importación, entran por otro estado y el comercio cambia», dijo Mariah Pfleger, científica marina de Oceana.
En este momento, 12 estados prohíben la importación de aletas de tiburón.
Oceana está presionando ahora por una prohibición federal a la importación de las aletas de tiburón, alegando que Estados Unidos, que importa solamente una pequeña parte de la producción mundial, debe liderar con el ejemplo en un comercio mundial que mata a 73 millones de tiburones al año.
Aunque la práctica de cortar las aletas a los tiburones en el mar está prohibida en Estados Unidos, si se puede hacer si se trae el pez a tierra o se importan de otros países donde no existe la prohibición.
Pero también es probable que las poco estrictas normas en Malasia y Hong Kong, que importan más de 350 veces la cantidad de Estados Unidos, significa que aletas de tiburones en peligro de extinción terminan en los mercados estadounidenses.
«Si establecemos normas estrictas, pero permitimos la importación desde países donde no hay regulaciones estrictas, lo que hacemos es proteger nuestro ambiente pero explotamos otros», dijo Neil Hammerschlag, experto en tiburores de la Facultad Rosentiel de Ciencias Marinas yAtmosféricas en Miami.
«La clave es que se están sacando muchas especies», dijo.
Dos propuestas de ley que ahora se estudian en el Congreso contemplan hacer más estrictas las normas. Una medida biptartidista patrocinada por el senador Cory Booker, demócrata por Nueva Jersey, y el representante Ed Royce, republicano por California, prohíben completamente las aletas de tiburón. Una segunda iniciativa, redactada por el senador Marco Rubio, republicano por la Florida, y el representante Daniel Webster, también republicano por la Florida, permite que los pescadores estadounidenses sigan cortando las aletas a los tiburonres pero solamente permite importaciones de países que comparten las normas más estrictas de Estados Unidos.
El comercio de las aletas de tiburón sigue siendo la mayor amenaza a esa especie, dijo Hammerschlag, y lo que impulsa la industria de pesca del tiburón.
«No existe el negocio de carne de tiburón sin las aletas», dijo. «La parte lucrativa son las aletas».
El mercado se origió hace siglos en Asia, donde se creó la sopa de aletas de tiburón para la aristocracia china. Ese plato casi desapareció con la llegada del comunismo a la región, pero se recuperó con el impulso que ha tomado la clase adinerada en China. Las campañas de los conservacionistas han ayudado a eliminar las aletas del menú de los banquetes de bodas, y ahora las parejas chinas se jactan de tener banquetes sin sopa de aleta de tiburón, pero se siguen usando en la medicina tradicional y en otros países asiáticos se les considera una señal de privilegio.
Pocos restaurantes de la Florida ofrecen sopa de tiburón en el menú, según el Animal Welfare Institute, aunque Hammerschlag sospecha que algunos restaurantes caros la sirven a pedido.
En marzo del 2017, agentes de protección ambiental de la Florida detuvieron a un camaronero 20 millas al norte de Cayo Hueso y descubrieron docenas de aletas de tiburón. Más de un año después, el caso sigue abierto y no se han presentado cargos.
Prohibir todas las importaciones en Estados Unidos sería liderar con dando el ejemplo, dijo Pfleger, pero la portavoz de Rubio, Arielle Mueller, dijo que también castiga a los pescadores estadounidenes que respetan las reglas.
Fuente: Miami Herald