(Miaminews24).- Meadow Pollack murió luego que su frágil cuerpo fue acribillado por nueve balazos.
La adolescente fue uno de los 17 maestros y estudiantes que murieron asesinados el 14 de febrero a manos del asesino confeso Nikolas Cruz cuando con un fusil semiautomático disparó a mansalva en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, de Parkland.
No lejos de dónde ocurría todo estaba Scot Peterson, agente de la policía del Condado Broward (BSO), que trabajaba en la escuela y que escuchó los disparos, pero permaneció afuera del edificio mientras Cruz mataba a sus antiguos compañeros.
«Él dejó que mi hija recibiera nueve disparos a quemarropa», le dijo el padre de la chica, Andrew Pollack, al Miami Herald. «Tuvo la oportunidad de entrar, pero no lo hizo, sino que permitió que toda esa gente fuera masacrada».
El lunes, Pollack presentó una demanda contra Peterson y el Condado Broward, según documentos judiciales. En la demanda por homicidio imprudente, Peterson, con 33 años de experiencia en la policía que fue suspendido sin derecho a salario, y renunció de inmediato tras la matanza, aparece como demandado junto a Cruz.
De igual modo, aparecen como demandados la herencia de la madre fallecida de Cruz, así como James y Kimberly Snead, la pareja con quienes Cruz vivió cuando murió su madre.
También aparecen en la demanda tres instituciones de salud mental: Henderson Behavioral Health, Jerome Golden Center for Behavioral Health y South County Mental Health Center, que en determinado momento evaluaron a Cruz. «Peterson es mi blanco principal», dijo Pollack. «Pudo haber parado todo. Pudo haber salvado a mi hija. A nadie se le debe permitir no haber hecho su trabajo, recibir un retiro y vivir tranquilamente después».
La demanda hace un recuento de los últimos años de la vida de Cruz, y detalla cómo el adolescente «sufría de una severa enfermedad mental y estaba propenso a la violencia».
En el 2016, Cruz colgó en Instagram una foto suya con armas donde decía que quería ir a la escuela para matar. Poco después, un agente del BSO acudió a su casa y descubrió que tenía cuchillos y una escopeta de municiones. Esa información se le dio a Peterson, se afirma en la demanda.
También se le entregaron a Peterson reportes donde se decía que Cruz se había cortado a sí mismo, había ingerido gasolina para suicidarse, dibujado una esvástica en su mochila y le dijo a un amigo que quería comprar un arma para salir a cazar, según la demanda. Cuando Cruz se apareció en la escuela el Día de San Valentín, un «pusilánime» Peterson «se escondió acobardado entre dos paredes de concreto» mientras «las balas llovían sobre maestros y estudiantes», se dice en la demanda.
«En vez de entrar al Edificio 12 como debió haber hecho, Scot Peterson se alejó del peligro, aunque escuchaba claramente la carnicería que Nikolas Cruz estaba cometiendo», según la demanda de 26 páginas.
Joseph DiRuzzo, abogado de Peterson, no respondió las llamadas que se le hicieron el lunes.
En febrero, en su primera declaración pública, Peterson dijo que hizo lo correcto en medio de una situación caótica. “La alegaciones de que el señor Peterson se comportó como un cobarde y de que su comportamiento, en medio de la situación que se vivía, no cumplió con los reglamentos de los agentes de la policía, son absolutamente inciertas”, dijo la declaración que envió DiRuzzo.
Pollack está en desacuerdo total. «Mi hija murió mientras se arrastraba en un pasillo de la escuela —protegiendo a un compañero que también murió— esperando a que alguien la ayudara», dijo. «La ayuda no llegó nunca».
Fuente: Monique O. Madan/ Miami Herald