(Miaminews24).- La elevada deuda global, impulsada por China y EEUU y que se encuentra en máximos históricos, provocará “desafíos que serán inevitables en el futuro”, especialmente si la Reserva Federal (Fed) se ve forzada a acelerar su ritmo de ajuste monetario para combatir un repunte súbito de la inflación en EEUU.
En su reunión de primavera de la pasada semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó de que la deuda global ascendía ya a 164 billones de dólares, lo que supone un 225 % del PIB, y urgía a poner freno a la tendencia mediante la consolidación fiscal.
La cifra es 12 puntos porcentuales por encima del anterior récord de 2009, remarcó el Fondo, cuando los gobiernos estaban en medio de un ciclo masivo de gasto para contrarrestar la crisis financiera.
Por ello, los analistas han visto con asombro la decisión del gobierno del presidente Donald Trump de lanzarse a un enorme estímulo fiscal a través del aumento del gasto y notables recortes de impuestos para empresas y, en menor medida, para trabajadores, y han alertado sobre un posible alza de la inflación.
“EEUU es el único país donde el ratio de deuda pública respecto al PIB se prevé que suba del 108 % en 2017 al 117 % en 2023”, remarcó Vitor Gaspar, director del departamento de Asuntos Fiscales del Fondo, en declaraciones a los periodistas en la asamblea del organismo.
De hecho, según los últimos cálculos de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), EEUU volverá a ver incrementado el déficit federal por encima del billón de dólares en 2020, aupado por la expansión fiscal de Trump y alimentando aún más la espiral de deuda.
Todo ello en un contexto poco habitual, ya que se espera que el desempleo en EEUU descienda al 3,5 %, una cifra no vista en cinco décadas, y ante la que Maurice Obstfeld, economista jefe del Fondo, reconoció que “no hay una buena referencia de las dinámicas de inflación” que pueden darse en estos niveles cercanos al pleno empleo.
“Hay opciones de que la inflación aumente de manera marcada, causando una subida mayor de la esperada en los tipos de interés en EEUU”, indicó en referencia al ritmo de ajuste de la Reserva Federal, cuyos tipos están actualmente entre el 1,5 % y el 1,75 %.
El problema, para Obstfeld, es que “esto se suma a que la deuda mundial es muy alta, y mucha de ella está denominada en dólares, por lo que podría añadir tensiones a las instituciones financieras soberanas de los países”.
La Fed prevé dos subidas adicionales a lo largo de 2018, después de la anunciada en marzo, pero los mercados ya han comenzado a considerar una tercera si se consolidan las presiones inflacionarias.
“Con los nuevos datos que van respaldado las previsiones básicas, la Fed es probable que continúe elevando los tipos de interés a un ritmo de una vez por trimestre, hasta un total de cuatro subidas este año”, explicó a Efe Tim Duy, profesor de Economía de la Universidad de Oregón.
Por si fuera poco, la rentabilidad del bono a diez años del Tesoro de EE.UU. ha superado el 3 %, por primera vez en más de cuatro años, lo que añade presiones sobre los deudores.
Los inversores parecen apostar ahora a que el repunte de los precios erosionará el valor de la deuda gubernamental, lo que empuja al alza la rentabilidad de los bonos.
De hecho, la Fed ha empezado a advertir de que la inflación parece haber acelerado su curso y el recientemente designado presidente de la Reserva de Nueva York, John Williams, ha señalado que se prevé que se mantenga por encima de la meta anual del 2 % del banco central al menos “por un par de años más”.
A ello contribuye, además, el incremento experimentado en los últimos meses por el petróleo, que ha elevado el coste de la gasolina.
La tasa interanual de inflación en EEUU se ubicó en marzo en el 2,4 %, el máximo en un año.
Con información de LR.
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