(Miaminews24).- La estadounidense Sloane Stephens, campeona del último Abierto de Estados Unidos, ganó este sábado el Premier Mandatory de Miami al derrotar por 7-6(5) y 6-1 a una tenista letona Jelena Ostapenko que pagó sus numerosos errores no forzados.
Con una estrategia tímida y netamente defensiva, la tenista del sur de Florida aprovechó los fallos de cálculo y sus pobres porcentajes de saque de la quinta del mundo para ganar la última femenina del torneo en su histórica sede, Cayo Vizcaíno, donde ella creció tenísticamente.
Stephens ganó la final con solo 6 golpes ganadores y 21 errores no forzados, suficientes teniendo en cuenta que la europea tuvo apenas cuatro «winners» más y se fue hasta 48 fallos.
A estos números hay que sumar que Ostapenko puso solo el 52 % de sus primeros servicios en juego, de los cuales apenas el 25 % se tradujo en punto.
Con estas facilidades, la 12 de la WTA pudo romper en hasta siete ocasiones el saque de la letona y embolsarse buena parte del triunfo en los fallos de su rival.
Y todo este carrusel de «breaks» empezó pronto.
La estadounidense le quebró el saque a su rival en la primera ocasión que tuvo, aunque Ostapenko le endosó dos fabulosos reveses paralelos en el siguiente juego que le permitieron recuperar el servicio en el segundo juego.
Pero ambas jugadoras, que no se habían enfrentado nunca, no querían dejar Cayo Vizcaíno sin dejar huella, y ofrecieron un partido convulso, pero de pobre calidad y en el que la jugadora de Florida volvió a romperle el saque a la letona en el tercer juego.
La estadounidense jugaba en casa, no sólo por ser del sur de Florida
La estadounidense jugaba en casa, no sólo por ser del sur de Florida, sino por hacerlo en las pistas que la vieron formarse como tenista, las del centro de Crandon Park, un ambiente a favor que se empezó a notar especialmente en el cuarto juego, después de que cediese, una vez más, su saque.
Y tuvo la oportunidad de devolvérsela a su rival en el siguiente, pero esta vez desaprovechó la oportunidad, ante una oponente que cometía más errores no forzados, al arriesgar más que la estadounidense, que esperaba en la línea de fondo y simplemente se defendía. Una estrategia arriesgada, pero que le salió bien.
Con 3-3 en el marcador, la número cinco del mundo, que fue pupila de la española Anabel Medina hasta que ésta fue designada en 2017 capitana del equipo español de la Copa Federación de Tenis, se mostraba más acelerada en el juego, y recuperó los saques que le arrebataba la estadounidense, hasta que la falta de ambición de la floridana le abocaron a disputar el desempate.
Y fue cuando Ostapenko cedió el primer set de todo el torneo, tras ver cómo su rival le devolvía sus potentes reveses y ella enviaba a la red innumerables bolas.
Los galones de Ostapenko no fueron suficientes para derrotar a una Stephens que, a pesar de estar por debajo en el ránking, canaliza la presión en las finales. Muestra de ello es que ha ganado todas las que ha disputado, un total de seis.
Al inicio del segundo set se vio el mismo partido. La templanza y persistencia de la estadounidense, que le permitieron eliminar en semifinales a la ex número uno del mundo Victoria Azarenka (3-6, 6-1 y 6-1), y anteriormente a la española Garbiñe Muguruza, número tres mundial, eran suficientes para desesperar a una Ostapenko que seguía sin estar fina.
La letona rompió de nuevo el saque a la 5 del mundo nada más arrancar, pero su calvario en el saque le permitía recuperar a la floridiana, que le hizo dos «breaks» seguidos en el cuarto y el sexto juegos (5-1) y ganar su sexto título.
La estadounidense, que pasará este lunes próximo a ser número nueve del mundo, marcó territorio en su casa para convertirse en la última campeona que presenciarán las gradas de Cayo Vizcaíno, e inscribir así, su nombre, en la historia del Miami Open.
Fuente: EFE