(Miaminews24).- La Comisión de la ONU que documenta los crímenes en la guerra civil en Siria denunció hoy que, a dos días de que se cumplan los siete años del estallido de este conflicto, la matanza de sirios «continúe sin ninguna vergüenza, decencia o responsabilidad».
El grupo de juristas, que cumple desde finales de 2011 esa misión, presentó hoy al Consejo de Derechos Humanos de la ONU su informe más reciente sobre las violaciones más graves de los derechos fundamentes perpetradas en Siria desde el pasado julio.
El presidente de la comisión, el jurista Paulo Sergio Pinheiro, describió la terrible situación en Guta Oriental, un bastión rebelde próximo a Damasco y que es actual blanco de una ofensiva del Ejército sirio, apoyado por sus aliados, pero recordó que «ninguna de estas atrocidades son nuevas».
Sin ocultar su frustración, precisó que se trataba de su vigésimo tercera presentación de un informe ante esa instancia de la ONU y que todas las esperanzas que habían renacido a finales del año pasado con respecto al fin de la violencia han sido barridas por el resurgimiento del conflicto.
Lamentó que ni siquiera la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU sea respetada en este conflicto, pues la petición que hizo hace tan sólo diez días para que se permita un acceso humanitario seguro y sin obstáculos a Guta Oriental ha sido desoída.
Piheniro agregó que «cientos de enfermos y heridos languidecen mientras esperan cualquier posibilidad de una evacuación médica. Algunos de los que estaban en la lista de casos graves para evacuación ya han muerto».
La comisión también se refirió a la gravedad de la situación en Afrín, una ciudad del noroeste de Siria controlada por la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG), contra las que el Ejército turco y facciones armadas sirias también han mantienen una ofensiva desde el pasado 20 de enero.
En esa localidad hay actualmente 320 mil personas, incluidos 125 mil desplazados internos.
De la provincia de Idleb, la única que todavía sigue bajo control de grupos armados rebeldes y donde viven dos millones de personas (un millón de ellos desplazados), Pinheiro condenó el ataque de infraestructuras vitales para la supervivencia de los civiles, incluidos hospitales.
En la ronda de comentarios, el embajador sirio ante la ONU en Ginebra, Hussam Edin Aala, rechazó las alegaciones de la Comisión y acusó al Consejo de Derechos Humanos de llevar adelante «una campaña para manchar la imagen del Gobierno sirio».
Alaa sostuvo que el debate del informe de la Comisión no tenía sentido en vista de que «no se basa en hechos reales, sino en fuentes no corroboradas», e incluye acusaciones «infundadas», como el uso de armas químicas y bombas de racimo por parte del ejército sirio.
En una comparecencia posterior ante la prensa, la alta comisionada adjunta de la ONU para Derechos Humanos, Kate Gilmore, destacó el sufrimiento de los niños atrapados en este conflicto, precisando que sólo en Guta Oriental hay 125 mil menores bajo bombardeos.
El coordinador regional de la ONU para la crisis siria, Panos Moumtzis, sostuvo que «ya no existen palabras para describir lo que sucede o que justifiquen los ataques contra niños» y recordó que 2017 fue el año más letal para ellos, con más de nueve mil muertos en el conflicto y miles de heridos.
Fuente: Informador.MX
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