(Miaminews24).- Las cosas parecían ir tan bien. Durante el año pasado, las principales regiones del mundo finalmente eliminaron las cicatrices de una crisis financiera mundial y crecieron al unísono por primera vez en una década. Se espera que el crecimiento mundial alcance el 3.9 por ciento este año -la tasa más alta desde el 2011- y el Fondo Monetario Internacional expresó que la mayoría de los países están compartiendo la prosperidad.
Sin embargo, el anuncio del presidente Donald Trump de que Estados Unidos aplicará aranceles a sus importaciones de acero y aluminio -con algunos países exentos- provocó de repente un temor que pocos habían anticipado: que los aranceles estadounidenses podrían desencadenar una ola de represalias por parte de los socios comerciales de Estados Unidos, lo que podrían hacer estallar una guerra comercial a todo galope y posiblemente amenazar la economía global.
“Los aranceles amenazan con estrangular la gansa de los huevos de oro global”, opinó Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics. “La economía global está en la misma onda por primera vez en más de una década. Esto amenaza con descarrilarla”.
Dista de saberse cómo se aplicarán los aranceles del gobierno de Trump, qué países estarán sujetos a ellos o cómo podría resultar económicamente dañina la represalia de las naciones afectadas. El Presidente anunció un arancel del 25 por ciento al acero extranjero y del 10 por ciento al aluminio importado. Eximió temporalmente a Canadá y México, siempre y cuando acepten renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, a gusto de Trump.
El Presidente también ha invitado a otros países a que busquen negociar cómo sortear los aranceles, pero su gobierno no ha explicado aún cómo funcionará el proceso de apelaciones. La falta de detalles sobre cuándo o cómo los distintos países podrían solicitar exenciones no ha hecho sino agravar la incertidumbre en torno al impacto económico de los aranceles.
Sin embargo, las naciones europeas ya están amenazando con tomar represalias, aplicando sus propios aranceles a exportaciones estadounidenses tan emblemáticas como motocicletas, pantalones vaqueros y bourbon, entre otros.
China, la segunda economía más grande del mundo después de Estados Unidos, también está enviando señales alarmantes. Beijing dijo estar listo para responder si los aranceles estadounidenses perjudicaban a las empresas chinas, aunque en una declaración el viernes no hizo ninguna amenaza específica de represalia.
Los economistas en Barclays Bank advierten que la expansión económica sólida y estable mostrada por la economía mundial en los últimos años, “podría revertirse tras el anuncio de los aranceles de Trump”. Esos impuestos a las importaciones no son el problema principal. S&P Global Ratings subraya que Estados Unidos importó el año pasado $29,000 millones de acero y $17,000 millones de aluminio, una insignificancia si se compara con las importaciones de bienes estadounidenses, que totalizaron $2.4 billones el año pasado.
Crece la preocupación de que una guerra comercial cada vez más amplia y aranceles en represalia depriman el comercio mundial, que creció un 4.2 por ciento el año pasado, la cifra más alta desde el 2011. El comercio es el combustible de la economía mundial.
Estados Unidos tiene mucho que perder ante cualquier deterioro del entorno económico. La tasa de desempleo de la nación se ha mantenido durante meses en 4.1 por ciento, el nivel más bajo en 17 años. Y los empleadores en febrero agregaron 313,000 puestos de trabajo, el mayor número en cualquier mes en un año y medio.
Con información de ENH.
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