(Miaminews24).- La flota pesquera de Noruega tendrá este año licencia estatal para capturar hasta 1.278 ballenas, un cuota que supera en un 28% la concedida el año pasado, según ha anunciado el ministro de Pesca de este país nórdico, Per Sanderg.
La decisión unilateral anunciada por el ministro Sanderg mantiene la política pesquera de un país que reiteradamente se ha opuesto a la prohibición adoptada por la Comisión Ballenera Internacional. Noruega e Islandia son los dos únicos países que siguen capturando ballenas sin atender a los acuerdos internacionales de protección de estos cetáceos. Japón también captura cada año un millar de ejemplares de ballenas, aunque en este caso oficialmente se llevan a cabo con “finalidad científica”.
El gobierno de Noruega argumenta derechos históricos y culturales para desvincularse de las decisiones de la Comisión Ballenera, apoyando de forma abierta no solo las capturas de ballenas para consumos locales y artes de pesca tradicionales sino también ayudando a la gran flota pesquera. En su defensa, Noruega también argumenta que sus cuotas de capturas se centran en especies de ballenas sobre las que se conocen datos suficientes para asegurar que no se amenaza su supervivencia. Por ejemplo, según datos del ministerio de Pesca de Noruega, en las aguas territoriales de este país viven unos 100.000 ejemplares de la ballenas Balaenoptera acutorostrata, conocida como rorcual aliblanco o ballena Minke común.
Noruega denunció los tratados de la Comisión Ballenera Internacional y reanudó la captura de ballenas en 1993. Durante los últimos 20 años, el número de ejemplares capturados por la flota Noruega ha ido disminuyendo y ha sido siempre inferior a la cuota autorizada por el gobierno. Así, el año pasado el ministerio de pesca estableció una cuota de 999 ballenas pero los pescadores solo capturaron en total 438 de estos cetáceos.
El sector ballenero sigue perdiendo peso en Noruega, en parte debido a la mayor conciencia social a favor de los cetáceos, pero también por la reducción del mercado internacional. Mientras que en 1950 había en Noruega unos 350 buques balleneros, en 2017 el número había caído hasta 11.
Los profesionales de la caza de ballenas consideran que estas cifras se deben a que las plantas procesadoras de carne de ballena carecen de capacidad y a los altos precios del combustible de los barcos balleneros; obligados seguir a la ballenas a distancias cada vez más largas, debido a que estos animales buscan ahora aguas frías en zonas más al norte (a causa del cambio climático).
«Espero que la cuota y la fusión de zonas de pesca sean un buen punto de partida para una buena temporada para la industria ballenera», dijo el ministro de Pesca, Per Sandberg (miembro del Partido Progresista Noruego).
”Greenpeace cree que Noruega debería tomar nota de las consecuencias lógicas de la prohibición de la Comisión Ballenera Internacional en la caza de ballenas con fines comerciales; y la generalizada oposición a la caza de ballenas, así como la falta de mercado local para los productos; y en consecuencia cerrar esta industria innecesaria y desfasada”, ha indicado Truls Gulowsen, presidente de Greenpeace Noruega en declaraciones a la agencia AFP.
Con información de VAN.
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