Despiden como héroe a entrenador de la secundaria que trató de desarmar al agresor

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(Miaminews24).- Chris Hixon trató a sus alumnos como si fueran sus propios hijos hasta el último minuto de su vida, dijeron los que rindieron homenaje al director de actividades deportivas de la secundaria Marjory Stoneman Douglas, cuyo funeral fue el miércoles.

Hixon, de 49 años, fue uno de los que primero respondió cuando comenzaron los disparos el 14 de febrero en un edificio de la escuela, y trató de desarmar a Nikolas Cruz, el abrumado ex alumno de esa escuela a quien Hixon conocía bien en su papel de monitor de seguridad, dijeron los dolientes.

Cruz, de 19 años, ha sido acusado de 17 cargos de homicidio premeditado tras masacrar a 17 personas con un fusil semiautomático AR-15 que compró legalmente y que usó en la escuela a la hora de la salida. Hixon fue uno de tres docentes de la escuela abatidos mientras trataban de proteger a los alumnos.

“No hay mayor amor que dar la vida por los amigos”, dijo el reverendo David Zirilli durante la misa en la Iglesia Católica Nativity en Hollywood.

La iglesia estaba abarrotada de familiares, amigos, otros maestros y alumnos de Hixon, muchos vistiendo el pulóver de la escuela. La esposa de Hixon, Debbie, coordinadora de programas en la secundaria South Broward, y sus hijos Tommy y Corey, estaban sentados cerca del ataúd. También hubo una fuerte presencia de personal de la Marina de Estados Unidos; Hixon sirvió en las operaciones Desert Storm y Desert Shield. Un gaitero interpretó Amazing Grace.

“Muchas veces preguntamos por qué a los buenos les pasan cosas malas. Las cosas malas suceden porque vivimos en un mundo caído”, dijo el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, quien dijo a los presentes que el papa Francisco había enviado un telegrama con sus condolencias. “Lo que Chris hizo el miércoles pasado no lo convirtió en un héroe. Ya lo era desde mucho antes”.

Hixon fue enterrado en el cementerio de veteranos de guerra en Lake Worth. Varios marinos uniformados trasladaron el féretro.

Hixon, quien creció en Easton, Pennsylvania, y era aficionado a la lucha, fue recordado no solamente como director de actividades deportivas del año en el 2017 en Broward, y como entrenador destacado del equipo de lucha, sino además como entrenador de otros cuatro deportes en diferentes momentos en la secundaria Douglas cuando la escuela no podía llenar plazas vacantes. Era aficionado a las carreras de autos de la serie NASCAR, le encantaba preparar comidas para sus amigos y siempre iba a las actividades deportivas de la escuela con su hijo Corey.

“Todos somos mejores por haber conocido a Chris”, dijo Frank Valliere, quien trabajó con Hixon en la secundaria South Broward y recordó que Hixon y Debbie se turnaban para quedarse con él cuando estaba hospitalizado. “Estos son los Hixon, siempre hacían que los demás se sintieran como si fueran familia. Aceptaba a los estudiantes como si fueran suyos, incluso en su casa. Ponía a los demás por delante de sí mismo en todo lo que hacía. Nos decía que levantáramos el ánimo y riéramos”.

Esta semana le tenían planeada una fiesta sorpresa por sus 50 años.

“Los maestros son los héroes olvidados de nuestra sociedad”, dijo Sharon Glickman, ex presidenta del sindicato de maestros de Broward y miembro de la directiva de la Fundación para la Educación de ese condado. “Ayudamos a los otros por naturaleza, y de la misma manera que Chris lo hizo, hacemos lo que sea necesario por nuestros hijos, nuestros alumnos”.

Hixon conocía a Cruz, como otros maestros en la escuela, debido al historial de problemas de comportamiento del joven.

“Chris era compasivo”, dijo Larry Leverett, quien trabajó con Hixon en las secundarias Ely y Douglas. “Escuchaba a los chicos y trataba de ayudarlos”.

Hixon era una figura paternal para los 3,200 alumnos de la escuela, dijo Alan Strauss, directivo del sistema escolar de Broward y ex director de South Broward.

“Hacía muchas cosas más allá de sus deberes, como acompañar a los alumnos en los viajes o proporcionar primeros auxilios con su experiencia en la Marina”, dijo Strauss. “Enseñaba mucho fuera de las aulas”.

Mientras la carroza funeraria salía con los restos de Dixon en un ataúd cubierto por la bandera, Sean Simpson, maestro de Ciencias en Douglas, hizo un gesto de pena con la cabeza.

“Se le rompe el corazón a uno al ver lo que le sucedió a una persona tan buena”, dijo. “Es muy triste. No tenía que pasar”.

Fuente: Miami Herald