(Miaminews24).- Un joven venezolano fue asesinado y descuartizado tras una discusión sobre una deuda de 500,000 bolívares ($2.02) y luego los presuntos asesinos se comieron partes de su cuerpo.
El hecho ocurrió en un barrio de Valencia, en el centro-norte de Venezuela, el pasado miércoles cuando se produjo una discusión entre el joven de 17 años, quien no fue identificado, y unos vecinos suyos, informó el diario venezolano Notitarde este domingo.
El adolescente fue golpeado en la cabeza con un tubo, después lo desmembraron y sus atacantes cocinaron su piel y músculos, para finalmente enterrar el resto del cuerpo en una fosa al lado de una quebrada.
La información de lo sucedido fue dada por familiares de la víctima, que se dedicaba a la agricultura, según publicó el diario.
La familia dijo que el joven tuvo una acalorada discusión con un vecino y el hijo adolescente de éste, con quienes tenía una gran amistad.
“Sabemos que discutieron por 500,000 bolívares, pero no sabemos quién los debía, ni quién quería quedarse con ese dinero”, dijeron los familiares.
El joven desapareció el miércoles pasado y su familia comenzó a buscarlo, pero no fue hasta el viernes que encontraron los restos enterrados en la fosa.
“Los parientes y vecinos comenzaron a armar detalles sobre la desaparición hasta que ubicaron al padre e hijo que eran sospechosos, quienes se vieron presionados a contar todo lo que había ocurrido. Una vez habían confesado el crimen, la familia denunció el hecho ante la policía científica”, detalló Notitarde.
El cuerpo fue trasladado hasta la vivienda de los acusados donde, con ayuda de otros dos adolescentes, lo desmembraron, de acuerdo con ese medio.
Confesaron que separaron los tejidos de los huesos para luego cocinarlos y evitar que los olores por la descomposición los delataran, pero luego optaron por comérselos asados y decidieron enterrar los huesos.
Los presuntos homicidas fueron arrestados y guiaron a los detectives al lugar del suceso.
Las autoridades también hallaron restos de la fogata que usaron los sospechosos “para cocinar la carne humana y comerla antes de que la misma se descompusiera y alertara de algo muerto en el sitio con la llegada de los zamuros [buitres]”.
Cuando los sospechosos fueron trasladados a la cárcel del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), los prisioneros solicitaron que los encerraran en celdas separadas porque temen que “puedan en cualquier momento atacarlos y merendarlos”.
Fuente: El Nuevo Herald