(Miaminews24).- A J.T. Realmuto lo quiere casi todo el mundo. Literal y figurativamente, el receptor de los peces se encuentra en el medio de una vorágine de preguntas sobre su disponibilidad en el mercado. No todos los días se encuentra un catcher de su presencia y futuro. Todavía no hemos visto lo mejor de él.
Miami, por el momento, solo escucha y espera. Existe una posibilidad de que Realmuto se presente el 14 de febrero en Júpiter para el inicio de los campamentos de primavera, pero cualquier cosa podría suceder si se intensifican los pedidos de clubes como los Nacionales o los Diamondbacks.
Washington y Arizona encabezan el pelotón de quienes buscan los servicios del enmascarado de 26 años, de hecho el segundo mejor receptor después de Buster Posey en la Liga Nacional, sin entrar en el debate con el ya legendario Yadier Molina. Los números no mienten.
Lo ideal sería que Realmuto se quedara
Todos los que han trabajado con él -¿recuerdan los elogios de José Fernández?- aprecian su manera de conducir a los lanzadores, de sacar lo mejor posible entre un mar de mediocridad. Para una rotación joven e inexperta como la que les espera a los Marlins en este 2018, nadie mejor que él para guiarlos con mano certera.
Uno de los corredores más rápidos en todas las Mayores, su producción ofensiva -su línea del 2017: .278/.332/.451 con 17 cuadrangulares en 579 turnos- ha sido estable y no exenta de poder, su brazo potente y su capacidad de reacción en tiro no son segundos de nadie.
Realmuto posee el paquete de talento completo, sin fisuras ni grietas. Un logro, sin duda, de los scouts de Miami, que lo llevaron del campocorto a la receptoría, después de convencerlo de que dejara sus ilusiones de ser quarterback en la NFL o escolta en la NBA, dos ligas que también le querían.
El plan de los Marlins con Realmuto
¿Pero cuál es el plan de los Marlins con Realmuto, quien entra en su primer año de arbitraje y estaría en control del club por tres temporadas más antes de convertirse en agente libre? No queda claro, especialmente tras las revelaciones de que no estaría a gusto -como casi todos los que se fueron- con la dirección tomada por los nuevos propietarios.
Si es que pretende tenerlo por largo rato y lo contempla como una pieza angular, Miami debe ser proactivo ahora y extender a Realmuto, como lo hizo la anterior administración con Christian Yelich, un pelotero de buenos resultados y de bajo costo. Su salario para la nueva temporada: $7 millones.
Un contrato lo más antes posible enviaría un mensaje de alivio a la alicaída afición y, sobre todo, al propio Realmuto. Se sentiría querido para estos días y sabría que el plan de Derek Jeter y compañía tiene un futuro más allá de los tres primeros años.
Pero si Miami no va a competir por las próximas dos o tres contiendas, entonces lo mejor sería cambiar al molesto enmascarado y pedir la Torre de Babel, un paquete de cuatro prospectos al menos. Después del canje de Yelich, aquí no hay nada que hacer. Ni careta que sostener. Realmuto solo no haría la diferencia. Por lo visto, nadie podrá hacerla.
Fuente: Jorge Ebro/ El Nuevo Herald