(Miaminews24).- ¿Acaso Francia simplemente debe acostumbrarse a las inundaciones?
El río Sena otra vez se desbordó de su cauce tanto en París como en varias ciudades aledañas esta semana, tan solo 18 meses después de alcanzar su nivel más alto desde 1982.
Hasta el viernes, 13 de los 96 departamentos administrativos de Francia tuvieron alertas de inundaciones, y el organismo de monitoreo Météo-France dice que es el invierno más húmedo desde 1959.
Algunos expertos sugieren que es probable que el cambio climático haga más frecuente este tipo de sucesos. Además, un organismo internacional decidió publicar esta semana un estudio en el que argumentan que París y el resto de la cuenca del Sena necesitaban mayor protección contra el riesgo de una inundación catastrófica.
“Todo lo que podemos hacer es instalar andamiaje para hacer un pontón y esperar que el nivel del agua no aumente mucho más”, dijo Diane Bourlier, de 63 años, quien vive en una casa flotante en París, mientras observaba con ansiedad el río creciente.
Bourlier fue de los parisinos que tuvieron suerte: hasta el jueves por la noche, 400 personas habían sido evacuadas de sus casas en la región de París y 1000 enfrentaron apagones, de acuerdo con la prefectura de la policía. Los ríos han crecido en todo el país y provocado evacuaciones y el cierre de carreteras e infraestructura.
En París, donde el Sena se elevó más de cinco metros el viernes, el tránsito del río se ha interrumpido y las calles a lo largo de los bancos del río permanecieron cerradas.
Una porción central de la línea de tren RER C se ha clausurado hasta finales de este mes, y el gobierno activó un plan que le permitiría reubicar labores de algunos ministerios si empeora la situación.
Las autoridades públicas dijeron que esperaban que el Sena llegara a su punto máximo de seis metros el sábado por la mañana. En las inundaciones de junio de 2016, cuando hubo cuatro muertos en Francia, llegó a esa misma altura.
Durante esas inundaciones, tuvieron que cerrarse varios monumentos, entre ellos el Museo del Louvre, donde las obras de arte tuvieron que ser evacuadas. Todos los museos permanecieron abiertos esta semana, aunque el Louvre cerró la planta baja de su departamento de arte islámico. Las autoridades de la ciudad también han hecho un llamado para que la gente se aleje de las orillas del río.
Aunque algunos expertos dijeron que era difícil determinar si el calentamiento global era el culpable de la inundación actual, otros advirtieron que estaba surgiendo un patrón preocupante.
“Debido al cambio climático, podemos esperar que las inundaciones en la cuenca del Sena por lo menos sean tan frecuentes como lo son en este momento”, dijo Florence Habets, una investigadora sénior en el CNRS, el centro nacional de investigación científica de Francia. “Sin importar lo que digamos, cuanto más reduzcamos las emisiones de gases de efecto invernadero, más disminuiremos nuestro impacto en las sequías y las inundaciones”.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, una política de izquierda que ha estado en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, tampoco tardó en mencionar los desafíos a largo plazo.
“Más allá de la emergencia, este fenómeno de inundaciones, que cada vez es más recurrente en París, nos recuerda la importancia que la adaptación al cambio climático tiene para nuestra ciudad”, dijo en un tuit.
La alcaldesa adjunta Colombe Brossel dijo en una entrevista telefónica que aunque la situación era grave, las inundaciones tendrían pocas consecuencias concretas en París.
En efecto fueron mucho menos severas que algunas que la ciudad sufrió durante el siglo pasado. En 1910, el Sena se elevó por encima de los 8,5 metros, y le dio a París “la apariencia de un lugar aquejado por la calamidad”, de acuerdo con un reporte de ese entonces de The New York Times.
Aunque los funcionarios locales dijeron que ahora estaban preparados para enfrentar condiciones similares, los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico calcularon que una catástrofe como esa podría afectar a cinco millones de personas y costar hasta 30,000 millones de euros (cerca de 37,000 millones de dólares).
En un estudio publicado el martes, señalaron que aunque París había implementado más políticas de prevención de inundaciones desde 2014, las iniciativas de las autoridades seguían siendo limitadas en comparación con los riesgos que enfrentaba la ciudad.
“Los ejemplos de la reconstrucción de un Nuevo Orleans resistente después del huracán Katrina o de Nueva York después de Sandy podrían inspirar a París para que construya su propia solidez antes de que llegue el desastre”, escribieron.
Las fuertes lluvias también inundaron zonas del este y el noroeste de Francia esta semana; bloquearon carreteras e inundaron hogares que ya se habían visto afectados por las lluvias torrenciales de 2016.
Una de las zonas más afectadas fue el pueblo de Villeneuve-St.-Georges, a 16 kilómetros al sur de París, donde el ejército tuvo que ayudar a los residentes a evacuar sus hogares y trasladarse en lanchas a través de las calles inundadas con agua turbia y desperdicios.
“Para algunas personas, esta es la segunda vez en 18 meses que han sido víctimas de inundaciones”, dijo Alexandre Boyer, un concejal local. “Está empezando a ser demasiado”.
Fuente: The New York Times