(Miaminews24).- Un reportaje publicado el pasado viernes por el diario español El País destaca a tres cubanos entre las fortunas que intentan reivindicar el arte latino.
La cubano-venezolana Ella Fontanals-Cisneros, junto al cubanoamericano Jorge Pérez y el asesor financiero Javier Mora, son tres de estas figuras que “se mueven por su pasión artística”, así como “por la voluntad de rendir justicia a unos creadores olvidados hasta hace no tanto por las grandes instituciones culturales”.
Todos ellos tienen que ver con el evento Art Basel de Miami, que se celebra en diciembre y convergen coleccionistas del creciente mercado que busca obras latinoamericanas.
Ella Fontanals-Cisneros dirige la fundación CIFO y creció en Caracas tras abandonar Cuba. Su colección de arte ronda las 3200 piezas y en la más reciente edición de la feria de Miami otorgó un lugar especial a los artistas Loló Soldevilla, Sandu Darié y Carmen Herrera, de la abstracción cubana.
Fontanals-Cisneros afirma que conoció a Herrera cuando todavía no había vendido ni un solo cuadro. “Pensé que sería una muchacha joven”, cuenta, pero “en realidad, tenía 87 años”.
Quince años después, Herrera, de 102 años, es considerada una de las artistas vivas más cotizadas y aparece en colecciones del MOMA y la Tate Modern.
La pintora batió su propio récord el pasado noviembre cuando vendió en 1,8 millones una obra suya pintada en 1956 y que se subastó en Nueva York.
“Sin el apoyo brindado por coleccionistas como Fontanals-Cisneros, puede que (Herrera) hubiera permanecido en el olvido”, añade el reportaje.
Otro caso similar es el del magnate inmobiliario Jorge Pérez.
“El arte latinoamericano llevaba décadas siendo maltratado. Hasta no hace mucho, las obras de los mayores maestros se vendían por un puñado de centavos. Cuando hablaba de ciertos artistas a los conservadores de los mayores museos, me respondían: ‘¿Quién?’”, dice este cubano nacido en Buenos Aires y llegado a EEUU en 1968.
“El arte es un mundo distinto, en el que no pienso en ganancias, números y resultados inmediatos. No tiene que ver con lo económico, sino con lo espiritual y lo sensorial. El artista me lleva a un lugar al que no suelo acudir en mi vida cotidiana”, describe Pérez, fundador del Miami Perez Art Museum, donde se exhiben obras del cubano Wilfredo Lam o la colombiana Beatriz González en medio de una inclinación hacia lo latino.
A decir de él mismo, el coleccionismo de Pérez también ha estado guiado por cierta voluntad política: “Para mí, era importante que contáramos con un museo que llevase un nombre hispano, como símbolo de nuestra contribución a esta ciudad y a este país”.
Javier Mora es por su parte el hijo de cubanos exiliados en 1960. Junto a su esposa, posee una colección de unas 150 obras de primer nivel, entre las que se encuentran fenómenos recientes como Danh Vo o Sterling Ruby.
Dichos nombres se alternan con el arte latino que también tienen, y que incluye obras de Jesús Rafael Soto, Gabriel Orozco y Ana Mendieta.
Para Mora, “el arte es un contrapeso, algo que te inspira. Su belleza te enriquece y te da energía”.
Fuente: cubanet.org