(Miaminews24).- La ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff aseguró que el juicio al que se enfrenta hoy su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, es un nuevo acto de un «golpe» en el país suramericano que comenzó con su destitución hace año y medio.
«Yo creo que el golpe que se produjo en Brasil en 2016 no es un acto aislado. Es un proceso. Y el ‘impeachment’ fue el acto inaugural», dijo en una entrevista al diario español «El País».
Rousseff fue apartada de la presidencia brasileña en 2016 acusada de maniobras contables para maquillar el déficit fiscal sin pedir autorización al Congreso, lo que hizo subir al cargo a Michel Temer.
La expresidenta, de 70 años, aseguró que, después de adoptar medidas como una reforma laboral y una ley para limitar el gasto público, el actual Gobierno quiere continuar su programa y para ello «se quita de en medio la mayor amenaza para este proyecto: el presidente Lula».
Un tribunal brasileño decidirá hoy si confirma o revoca la sentencia a nueve años y medio de prisión a la que Lula fue condenado en primera instancia en julio de 2017 por presuntamente recibir un apartamento como soborno de una constructora.
El juicio comenzó hoy, sin la presencia del inculpado. Cientos de manifestantes, tanto partidarios como opositores de Lula, se concentraron en las inmediaciones del tribunal en el que se desarrolla una audiencia, que se prevé larga.
Juicios y movilizaciones
Rousseff defendió a su compañero del Partido de los Trabajadores (PT) y rechazó que esa vivienda le perteneciera. «Si él fuese condenado, vamos a usar todos los instrumentos jurídicos que están a nuestra disposición. Vamos a hacer todas las movilizaciones de que somos capaces», dijo.
Rousseff recordó que Lula es el favorito en las encuestas de cara a las elecciones de octubre en Brasil y que «tiene casi un 40 por ciento de las intenciones de voto».
«El rechazo popular construido a lo largo del proceso de impeachment y de las grandes manifestaciones en la calle se ha diluido. Si Lula no es retirado de la carrera, ganará las elecciones», destacó.
La ex mandataria brasileña descartó que su partido tenga un «plan B». «Si lo tuviéramos, estaríamos haciéndoles el juego. ¿Por qué vamos a quitar a Lula de la carrera por una acusación de la que creemos que es inocente? ¿Para ganar las elecciones? ¿Qué elección merece que sea repudiado un líder del tamaño de Lula por una acusación? ¿Qué cobardía es esa? ¿Para diversión de los golpistas, de esa derecha y de esa oligarquía atrasada del país?», señaló.
«No hay Plan B»
«Los que quieren un plan B son los mismos que querían que yo renunciara. ¿Y por qué querían eso? ¿Por qué tenían alguna consideración por mí? ¡No! Porque si yo hubiese renunciado impediría el striptease político de lo que era claramente un golpe», añadió.
Más que a Temer, Rousseff culpó de las maniobra a Eduardo Cunha, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, ahora encarcelado por corrupción, que fue presidente de la Cámara de Diputados que facilitó la tramitación parlamentaria del «impeachment» contra la ex mandataria.
«Él es la mente por detrás del proceso, quien lo hace viable legislativamente y rompe la alianza que sostenía al Gobierno», zanjó.
Fuente: DW
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